Prólogo de Francesc Miralles. Pablo procede de una familia acomodada, pero una serie de catástrofes vitales y decisiones erróneas le han llevado a vivir en la calle, con ninguna esperanza de futuro.Una mañana que está sentado en un banco frente a una casa en demolición, la jefa de obras le hace una propuesta inesperada. Si quiere trabajar con ella como peón, le enseñará los secretos del oficio además de ganarse un sueldo.Pablo acepta el empleo, que implicará derribar la vieja casa e iniciar la construcción de una nueva. Lo que el joven no sospecha es que, con cada fase de los trabajos, aprenderá algo fundamental para dejar atrás su pasado y construir su nuevo yo.Una estatua de Buda que aparece misteriosamente en la obra cuando empiezan a poner los cimientos contempla la transformación del joven albañil, que está aprendiendo lecciones fundamentales para el arte de vivir y reinventarse. Una fábula sorprendente, optimista e iluminadora en la línea de El monje que vendió su Ferrari y La Buena Suerte.