Bajo la dirección del Prof. Manuel Alvar Ezquerra. Con la colaboración de los Dres. Marta C. Ayala Castro, Germán Gil Jiménez, Gloria Guerrero Ramos y Mª Antonia Medina Guerra, así como de Auxiliadora Castillo Carballo, Esperanza Díaz Santaolalla, Juan Manuel García Platero, Miguel Ángel Jiménez Cuenca, Isabel Palop Peña, Manuel F. Pérez Lagos y Mª Rosa Carrasco Escobar. Con la colaboración también del Departamento de Filología Española I y Filología Románica de la Universidad de Málaga.El Diccionario de voces de uso actual recoge un amplio número de palabras que son empleadas en la prensa escrita y que no figuran en el diccionario de la Academia. Es el fruto de un atento examen realizado durante varios años de periódicos de ámbito nacional, de revistas de información general y de divulgación científica. Este Diccionario constituye un valioso complemento de la obra académica porque en él aparecen voces o acepciones que no son nuevas en la lengua, pero que no constan en el repertorio oficial, como puedan ser aeroespacial, buque tanque, cascos azules, cowboy, entente, escalextric, francófono, hula-hop, living, madridista, office, orsay, rififí, y tantos otros, entre los que hay no pocos tecnicismos (como eritropoyetina, escleroctomía, espondilitis, etc.). También aparecen en el Diccionario de voces de uso actual deslizamientos semánticos que proporcionan significados nuevos a palabras viejas (agujero, búho, canguro, chaqué, corbata, egoísta, fontanero, iglú, miúra, ratón reptil, etc.). Además hay voces cuya consolidación en la lengua no es segura, pero están ahí (como ecoataúd y telemarujeo), y han sido empleadas, del mismo modo que han aparecido en textos españoles claros barbarismos, menos abundantes de lo que inicialmente se esperaba en un repertorio de voces vivas. Los anglicismos nos invaden y aquí se encuentran sin dificultad (por ejemplo, airbag, dataglove -y también su calco guante cibernético-, enfatizar, ferry, ranking, etc.), pero su presencia no es tan alarmante como nos habían hecho creer. Y lo que de verdad resulta sorprendente es la aparición de no pocos galicismos, algunos de ellos bien aclimatados, como lo demuestra glamour y, sobre todo, glamouroso y glamuroso -con las dos grafías-, que podrían hacer las delicias de los afrancesados. Todas