El asesinato de Juan de Tassis y Peralta, II Conde de Villamediana, Correo Mayor del Rey, admirado de muchos, odiado por otros más, y envidiado por todos, al atardecer del 21 de agosto de 1622, en plena calle Mayor de Madrid, es uno de los enigmas todavía no resueltos hoy día. Se habló de mil posibles causas, tanto en la propia Corte como en los mentideros de San Felipe Neri, si bien la más divulgada fue la de los reales celos debidos a los amores del Conde por la Reina, tan divulgados por él mismo. La propia personalidad de Villamediana, entendida por tan pocos y tan científicamente estudiada por Marañón, nos muestra a un hombre que se conoce a sí mismo, más que perfectamente, como el cúmulo de todos los pecados y vicios, y que al final de sus días conoce al amor de su vida, y que es ese amor lo único que puede salvarle. ¿Nace aquí y en ese momento la leyenda de don Juan? Pero Villamediana sabe que no tiene salvación porque ese amor que siente es por la propia Reina, siendo por lo tanto un amor imposible que le hace no ya pensar en la muerte como su propia liberación sino algo más; cómo liberar también a su Reina del peligro. En forma novelada, presentamos una posible historia escrita por Luis Méndez de Haro, VI Marqués del Carpio y II Conde Duque de Olivares, entre otros títulos, que, hecho histórico cierto, acompañaba a Villamediana en su coche la tarde de su asesinato, y que años después sucedió a su tío el I Conde Duque de Olivares en la privanza de Felipe IV.