Cuando se piensa en la antigüedad, lo primero que viene a la mente son las grandes manifestaciones, el arte y la literatura; pero también la gastronomía, con todos los aspectos relativos a la vida diaria, constituye un verdadero símbolo cultural en cualquier época. El estudio de la alimentación de la antigua Grecia pone ante nuestros ojos las raíces de la famosa dieta mediterránea, una dieta basada en los cereales, las verduras y las frutas; los pescados que son el sueño de los gourmets más refinados; el aceite de oliva; el vino, verdadero centro del banquete y de la fiesta… A través de los textos conocemos qué comían y cómo lo preparaban, pero también el valor simbólico que le daban a los alimentos, lo que nos acerca así a su particular visión del mundo, donde se encuentra la base de toda la cultura occidental.