Después de varios intentos disuasorios, la madre de Henry no puede evitar que éste se enrole en el ejército para acudir a la guerra. El muchacho, como a partir de entonces se le denominará, verá transcurrir su adolescencia entre los tiroteos de las batallas más o menos trascendentes en las que toma parte. Este «esqueleto» de la trama sirve como punto de partida para ver cuál es la transformación del protagonista, que va a pasar de tener una gran ambición por participar en la guerra como modo de defensa de la patria, a preguntarse si aquello tenía algún sentido. Al final de la novela, nada, excepto él, habrá cambiado. Pero la guerra quedará desmitificada.
Ficha técnica
Traductor: Micaela Missiego
Editorial: Anaya
ISBN: 9788420742564
Idioma: Castellano
Número de páginas: 224
Encuadernación: Encuadernación en piel
Año de edición: 1991
Plaza de edición: Madrid
Colección:
CLÁSICOS - Tus Libros-Selección
CLÁSICOS - Tus Libros-Selección
Número: 7
Alto: 19.0 cm
Ancho: 13.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Stephen Crane
Stephen Crane (Newark, Estados Unidos, 1871 – Badenweiler, Alemania, 1900) publicó su primera novela, Maggie, una chica de la calle, en 1893. Tuvo que autoeditarla y firmarla con un seudónimo porque el tema, los avatares de una joven de baja extracción social que recurre a la prostitución, resultaba demasiado indecoroso para la época. Con tan sólo veintidós años escribió La roja insignia del valor (1895) y la respuesta inmediata de los lectores le granjeó una fama enorme. Más tarde, cubrió la guerra greco-turca como corresponsal en Grecia, y viajó a Cuba para desempeñar la misma labor de periodista de guerra. Pero el barco que había de llevarlo a la isla naufragó y, para salvarse, Crane hubo de remar en un bote hasta la orilla más cercana. De esta experiencia surgió uno de los relatos más importantes que escribió, «El bote abierto». En 1898 el escritor zarpó de nuevo hacia Cuba. Pudo llegar a su destino y allí se ocupó de cubrir el conflicto entre España y los Estados Unidos. Stephen Crane pasó los últimos meses de su vida tratando de combatir todas las deudas que había contraído y murió de tuberculosis en el año 1900.