Simón se hacía preguntas continuamente y un día en que andaba muy ocupado preguntándose cosas, pasó por delante de un grifo. El cartel parecía decir LLUVIA. Realmente ponía LLAVE, pero algunas letras se habían borrado. Y Simón se preguntó: ¿Si yo abriera el grifo, ¿realmente llovería?