Hasta el final de su vida, y durante más de diez años, Publio Virgilio Marón (70-I9 a.C.) estuvo dedicado a la composición de la Eneida, unánimemente reconocida como él más perfecto exponente del clasicismo romano. Virgilio pretendió con ella ofrecer al pueblo romano la gran epopeya de sus orígenes, que sirviera al tiempo como justificación y exaltación del nuevo régimen impuesto por el emperador Augusto. El resultado sería esta magistral combinación entre el pasado legendario de Roma y su historia reciente. Pero más allá de las evidentes funciones políticas y sus distintos niveles temáticos, la Eneida nos ofrece la gesta de un héroe exiliado de su patria. Tras la quema de Troya a manos dé los griegos, Eneas parte hacia una tierra extraña, en la que había de encontrar su nuevo hógar. En su viaje por mar, el hijo de Venus arrostrará numerosas dificultades hasta llegar a su destinó en la costa italiana, e incluso allí se verá obligado a entablar una guerra contra los pueblos itálicos, para conseguir al fin fundar una ciudad llamada a convertirse en cabeza del mundo.
Ficha técnica
Traductor: Javier de Echave Sustaeta
Editorial: Rba Bolsillo
ISBN: 9788489662162
Idioma: Castellano
Número de páginas: 496
Tiempo de lectura:
11h 51m
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Fecha de lanzamiento: 01/09/2007
Año de edición: 2007
Plaza de edición: Es
Colección:
Biblioteca Clasica
Biblioteca Clasica
Número: 115
Alto: 19.0 cm
Ancho: 12.5 cm
Peso: 369.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Virgilio
Virgilio (70 a.C.-19 a.C.) es el poeta más importante de la literatura latina antigua, el clásico por excelencia, receptor y recreador del espíritu griego al tiempo que representante de la genuina romanidad, y además «padre de Occidente» (Th. Haecker). Es autor de las Bucólicas o Églogas (poemas pastoriles), de las Geórgicas (poesía didáctica) y de la Eneida (epopeya). Vive en época del principado de Augusto, de cuyos ideales políticos se hace eco, y es miembro del llamado «círculo de Mecenas». Horacio (65 a.C.-8 a.C.), coetáneo y amigo de Virgilio, y como él protegido de Mecenas y miembro de su círculo, es otro de los grandes poetas romanos de la Antigüedad. En sus Odas recoge el legado de la lírica griega arcaica y de la filosofía epicúrea y estoica, y celebra la paz del gobierno de Augusto. Escribe también Epodos (poemas líricos de tono injurioso), Sátiras y Epístolas, en una de las cuales, la Epístola a los Pisones, adoctrina sobre la creación poética. Ovidio (43 a.C.-17 d.C.), perteneciente también a la época de Augusto pero algo más joven que los anteriores, es fundamentalmente poeta del amor (Amores, Arte de amar, Remedios contra el amor y Heroidas) y de la mitología (Fastos, Metamorfosis). Son las Metamorfosis una epopeya múltiple, en la que se narran los mitos y leyendas del mundo grecorromano, obra de gran trascendencia literaria y artística. También escribió poesía desde el destierro (Tristes, Pónticas), pues fue exiliado por Augusto, por una falta no precisada, aunque sin duda relacionada con su escaso compromiso político.