La década de los 90, en el siglo XX, significó un giro radical en el modo en que las nuevas generaciones encararon su
relación con la temporalidad social y con la misma sociedad. Erosionados los principios rectores de la incorporación y
participación que la modernidad privilegió, los jóvenes empezaron a jugar un papel central en los modos de reconfiguración social. Este libro es la historia contemporánea de una contradicción: el anhelo de futuro desde un presente en fuga; la sorprendente continuidad de ciertas estructuras apolilladas frente a la emergencia de titubeantes imaginaciones del porvenir. Su aporte fundamental estriba en la capacidad para dar cuenta de la heterogeneidad cultural sin olvidar la desigualdad estructural.