Las hormigas verdes pensaban que nada iguala al verde, y menos al azul. Las homigas azules afirmaban que el azul no tiene igual, y que el verde no se le puede ni comparar. Y así desaparecieron de la tierra las hormigas azules y las hormigas verdes, víctimas de unas palabras que, pese a su apariencia inofensiva, pueden matar a quienes hacen mal uso de ellas