Le secret du bonheur ? C''est ce que promet Epicure dans la Lettre à Ménécée. N''ayons peur ni des dieux, ni de la mort, ni de la douleur ou de la mauvaise fortune. Recherchons le plaisir, parce qu''il est conforme à la nature. Mais pour ce faire, nous devons nous libérer des idées fausses que produisent en nous les préjugés, les opinions courantes ou les croyances superstitieuses. Il faut donc recourir à la raison et à l''exercice pour suivre la nature. Telle est précisément la tâche de la philosophie : elle définit la discipline rationnelle nécessaire au bonheur. La Lettre à Ménécée, texte fondateur de l''épicurisme, exercera une influence décisive dans l''Antiquité comme dans la pensée moderne et contemporaine : sur le poète romain Lucrèce - qui fait l''objet de notre dossier -, mais aussi sur tous ceux qui revendiquent une éthique réconciliant le plaisir et la raison.
Ficha técnica
Editorial: Flammarion
ISBN: 9782080712745
Idioma: Francés
Número de páginas: 109
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 24/01/2020
Año de edición: 2009
Alto: 18.0 cm
Ancho: 11.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Epicuro
Epicuro nació en la isla de Samos el año 341 a.C. Llegó a Atenas para cumplir el servicio militar con dieciocho años, en una época de profundos cambios por la reciente muerte de Alejandro Magno. Allí conoció la filosofía platónica y la aristotélica, así como la tradición cínica. Dos años después se traslada a Colofón, donde se interesa por el pensamiento de Demócrito, que ejercerá en él una gran influencia. Más tarde abre su propia escuela en Mitilene, isla de Lesbos, luego en Lámpsaco y por fin en Atenas, donde el año 306 adquiere un terreno cerca de la Academia platónica y funda el Jardín, donde, para sorpresa de muchos, admite a mujeres y esclavos. Muere en el 270 a.C., a los 71 años. De los más de 300 volúmenes que se dice que escribió, apenas se conservan cuarenta máximas (Máximas capitales - Kyriai Doxai), tres cartas (Carta a Heródoto, Carta a Pítocles y Carta a Meneceo), unas cuantas citas (Sentencias vaticanas - Gnomologio Vaticano) y algunos fragmentos transcritos por autores como Diógenes Laercio.