¿Cómo es, cómo quieren que sea, esa Europa que nos están vendiendo, en el más estricto sentido de la palabra, los pregoneros del liberalismo a ultranza, los detractores del Estado-providencia, los adelantados retoños de la boda entre don Ronald Reagan y doña Margaret Thatcher? Ésa es la pregunta que Philippe Labarde y Bernard Maris intentan responder con sus Maravillas de la guerra económica, y lo hacen con un estilo contundente, apasionado y sarcástico, heredero directo de una tradición clásica en la literatura francesa: la del panfleto que, de Voltaire a Zola, tan eminentes firmas ha tenido. Frente al paulatino e innegable deterioro del viejo Estado del bienestar, incesantemente corroído por los embates del beneficio empresarial, los autores levantan la bandera de la solidaridad, la defensa de las ya viejas conquistas sociales y la denuncia de un regreso solapadamente disfrazado de progreso. Europa sí, pero no a cualquier precio, sobre todo si es a costa, como siempre, de los más débiles... Europa sí, pero no cualquier Europa y, menos aún, ese campo para una batalla anunciada en la que sólo vencen las multinacionales y la banca. Encuadernación: rústica con solapas.
Bernard Maris, Oncle Bernard para los lectores de Charlie Hebdo y figura célebre entre los franceses, era profesor de Economía de la Universidad París-VIII, había pasado por los claustros de la universidades de Toulouse y de Iowa, y había trabajado como asesor del Banco Mundial en Perú. Era autor de más de una docena de libros, el último de los cuales, Houellebecq economista, homenajea al escritor francés, gran amigo suyo. Admirador de Keynes, se consideraba a sí mismo altermundialista y era miembro de ATTAC, tertuliano habitual de radio y columnista de medios como Le Monde o Le Nouvel Observateur, entre otros.