Durante el puente de Todos los Santos de 1979, don Luis de Ariztimuño, marqués de Frailando y conde de Relumbral, acude al palacete que posee en Neguri con dos de sus cinco hijos de corta edad, a los que acompaña un sobrino, con el que le une una gran afectividad, aquejado por una rara enfermedad bacteriana que le impide andar. Durante los cuatro días que dura su permanencia, surgirá el encuentro con su amigo Rafael, sacerdote en Getxo, que le provocará cierta incertidumbre en su futuro. Persona con un elevado nivel de vida gracias a los dividendos que generan sus bienes, Ariztimuño, aristócrata refinado, educado, amable, atento; compagina su relajada vida familiar con sus verdaderas pasiones: pescar, cazar, el juego y la bebida que practica con moderación. A lo largo de la novela, surgirán personajes de dispar procedencia, fortuna y convicciones, en los que saldrán a relucir sus sentimientos, egoísmos, intereses, envidias, adversidades, virtudes o vilezas, y se concatenarán sucesos que irán descubriendo a través de los acontecimientos al protagonista, con una vida no siempre fácil que marcó su infancia y posterior personalidad.