30 diciembre: Desde la modesta posición en la que os encontréis, podéis contribuir al bien de toda la humanidad. Consagrad cada día, al menos unos minutos, a pensar cómo, en el futuro, la humanidad llegará a ser una gran familia en la que todos sus miembros se amen, se comprendan, se sonrían.
¡Hay tantas cosas buenas en las que pensar para la felicidad de la tierra entera! Que todos los humanos van a contemplar la salida del sol..., que se reúnen para danzar y cantar himnos de gozo y de gratitud al Creador...
—Omraam Mkhaël Aïvanhov
En 1937 el Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-1986), filósofo y pedagogo francés de origen búlgaro, vino a Francia. Aunque su obra aborda los múltiples aspectos de la ciencia iniciática, precisa: «Cada uno debe trabajar para su propio desarrollo, con la condición de que no lo haga únicamente para sí mismo, sino para el bien de la colectividad. En este momento, la colectividad se convierte en una fraternidad. Una fraternidad es una colectividad en donde reina una verdadera cohesión, porque al trabajar para sí mismo, cada individuo trabaja también conscientemente para el bien de todos.»