Hubo un tiempo muy lejano en que los intrumentos musicales no se conocían entre sí. Cada familia de instrumentos vivía separada de las otras, y, verdaderamente, era una lástima. Fueron los pequeños Violines quienes, por casualidad, descubrieron que no eran los únicos instrumentos en el Reino de la música. Un día, los Violines, muy entusiasmados, fueron a buscar al abuelo Contrabajo: - "Abuelo, abuelo -dijeron los Violines-,¿a que no sabes qué pasa?... Estábamos paseando y, de pronto, en la otra orilla del río, vimos unos instrumentos que no se nos parecen en nada, pero hablan una música muy bonita.