La llamada universal a la santidad que brota de labios de Jesús, "sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mt 5,48); y que recupera el Concilio Vaticano II, "todos los fieles cristianos […] son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre" (LG 11), se ha convertido en este tiempo en una misión urgente para la Iglesia y para cada cristiano. La santidad es la meta común de la vida cristiana, pero cada vida cristiana tiene su camino para alcanzarla. Ese camino personal está trazado por Dios desde antes de la creación del mundo, y se hace patente en la vocación, una llamada personal, concreta, que cada uno recibe a su tiempo y según su modo. No obstante, aunque Dios llama como quiere y cuando quiere, la historia de la Iglesia ha ido visibilizando seis rutas comunes hacia la santidad: la de los fieles laicos, que da comienzo en el bautismo; la del matrimonio; la del sacerdocio, al servicio de las anteriores; la de la vida consagrada, que tiene tambien formas muy diversas, como la vida religiosa o el orden de las vírgenes. A cada una de ellas dedica el cardenal Fernando Sebastián unas páginas de este libro, para mostrar su belleza y su grandeza, sus límites y dificultades, sus retos
Ficha técnica
Editorial: Biblioteca de Autores Cristianos
ISBN: 9788422022831
Idioma: Castellano
Número de páginas: 312
Tiempo de lectura:
7h 25m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 03/05/2023
Año de edición: 2023
Plaza de edición: Madrid
Colección:
POPULAR
POPULAR
Número: 258
Alto: 20.0 cm
Ancho: 12.0 cm
Peso: 340.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Fernando Sebastián Aguilar
Monseñor Fernando Sebastián Aguilar, Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, nació en Calatayud, provincia de Zaragoza, el 14 de diciembre de 1929. Estudió el bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media de su ciudad natal. Ingresó en la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (Misioneros Claretianos) en Vic en 1945. Profesó en ella el 8 de septiembre de 1946. Terminados los estudios filosóficos y teológicos en los Seminarios propios de la Congregación, en Solsona y Valls respectivamente, fue ordenado sacerdote en Valls el 28 de junio de 1953 por el Cardenal Arriba y Castro. Inmediatamente después fue a Roma a especializarse en Teología. Cursa dos años en el entonces Pontificio Ateneo «Angelicum» y obtiene el doctorado en Teología con la máxima calificación con una tesis sobre la Maternidad divina de María. En 1956 amplía estudios en la Universidad de Lovaina (Bélgica) y en ella sigue cursos sobre filosofía contemporánea, teología fundamental, teología y pastoral de los sacramentos. A partir de 1956 su principal ocupación ha sido la docencia en Teología. Ha enseñado esta disciplina ininterrumpidamente en los Seminarios Claretianos de Valls, Salamanca y Roma. En 1967 comienza su labor docente en la Universidad Pontificia de Salamanca. En 1970 fue Decano de la Facultad de Teología de esa Universidad salmantina. En septiembre de 1971 fue nombrado Rector de la Universidad para un mandato de cuatro años, al final de los cuales fue reelegido casi únicamente por el Claustro Universitario para un segundo cuatrienio, que concluyó el 17 de julio de 1979. Como Rector trabajó intensamente en la consolidación y desarrollo de la Universidad. En estos años la Universidad vio triplicar el número de sus alumnos y alcanzó un notable prestigio, tanto en el campo de las ciencias teológicas como en el de las humanísticas. El estudio y la enseñanza de la Teología no ha sido nunca para D. Fernando Sebastián una cuestión de despacho o de laboratorio. La comprendía como una forma de revisar y enriquecer la vida de la Iglesia y de abrir la cultura y la vida de los hombres a las dimensiones y perspectivas de la vida espiritual, moral y religiosa. En 1966, junto con varios compañeros y amigos, funda la revista Iglesia Viva, dedicada a la difusión de la doctrina del Vaticano II en España, y al análisis de los problemas específicos de la Iglesia y la sociedad española desde una perspectiva cristiana y crítica. Fue director de esta revista hasta 1971. Anteriormente había sido miembro de la Sociedad Mariológica Española (1959) y director de la revista Ephemerides Mariologicae (1966). Sus abundantes escritos tienen la coherencia de una fuente y profunda formación teológica con una incansable preocupación por llegar a los problemas concretos de la vida de los creyentes de la comunidad cristiana, de la sociedad de los hombres. Llevado de estas preocupaciones ha escrito sobre teología pastoral de los sacramentos, comprensión teológica y renovación del ministerio sacerdotal, comprensión teológica y renovación de la vida religiosa, sobre los problemas teológicos y prácticos del ministerio sacerdotal, discernimiento teológico de la secularidad y la secularización, relaciones entre la Iglesia y la sociedad humana, entre la fe y la cultura, entre la fe y la política, el descubrimiento de Dios dentro de la vocación intelectual, la teología y antropología de la fe cristiana, etc. Colaboró en estos años asiduamente con diversos organismos de la Conferencia Episcopal Española. En todos sus escritos y trabajos ha sido siempre un hombre abierto, partidario de actitudes activas y renovadoras, enemigo de cualquier radicalismo, de proceder siempre con respeto a la tradición y a las circunstancias reales de los problemas, sin dejarse adscribir a ninguna postura estereotipada. En agosto de 1979 fue nombrado obispo de la Diócesis de León por el Papa Juan Pablo II. El 29 de septiembre de 1979 fue consagrado obispo en la hermosa catedral de aquella ciudad. En junio de 1982 fue elegido por los obispos españoles como Secretario General de la Conferencia Episcopal Española. Ante la incompatibilidad de este cargo con la atención personal a la Diócesis de León le fue aceptada la renuncia a esta sede en junio de 1983. En 1987 fue reelegido Secretario de la Conferencia Episcopal para otro quincenio. Al poco tiempo tuvo que presentar la renuncia a este cargo por haber sido nombrado por el Papa Arzobispo Coadjutor de la Diócesis de Granada, cargo del que tomó posesión el 5 de junio de 1988. En septiembre de 1991 fue nombrado por el Papa Juan Pablo II Administrador Apostólico de la Diócesis de Málaga. En febrero de 1993 fue elegido por los Obispos españoles como vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española. Siendo reelegido en 1996 por un periodo de tres años. El 26 de marzo del año 1993 es nombrado Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela. Toma posesión en sus sedes el 15 de mayo del mismo año. En 1994, interviene en el Sínodo de los Obispos sobre la Vida Consagrada y sociedades de Vida Apostólica. Además, ese mismo año interviene también en el Sínodo de los Obispos sobre la Vida Consagrada. En 1999, interviene en la segunda Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los obispos. En el 2002, fue reelegido vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española. El 22 de febrero de 2014 fue creado cardenal por el Papa Francisco en el consistorio celebrado en la Basílica de San Pedro. En la Conferencia Episcopal Española fue elegido Secretario General entre 1982 y 1988. En febrero de 1993 y hasta 1999 fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, cargo para el que fue reelegido en los años 1996 y 2002. Desde 2011 era miembro de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales.