En la obra de <;strong:GT;Martinetlt;/strong:gt;, de importancia trascendental en la g:amp;eacute;nesis de la ling:amp;uuml;:amp;iacute;stica de los :amp;uacute;ltimos decenios podemos seguir las l:amp;iacute;neas fundamentales de un an:amp;aacute;lisis sint:amp;aacute;ctico general, de la m:amp;aacute;xima coherencia. Aquellas ideas se recogen ahora en el corpus sistem:amp;aacute;tico de sintaxis general, desarrollo profundamente madurado del pensamiento martinetiano sobre sintaxis funcional, elaborado por el autor en los seminarios, a lo lago de su dilatada docencia universitaria, y ya esbozando en publicaciones anteriores. Se concibe aqu:amp;iacute; la sintaxis funcional no como simple combinaci:amp;oacute;n de unidades ling:amp;uuml;:amp;iacute;sticas en la cadena hablada, sino como expresi:amp;oacute;n de las relaciones existentes en la experiencia, objeto de toda comunicaci:amp;oacute;n (a la que tiende prioritariamente el lenguaje humano). Y el hombre, en su necesidad de adaptar su utillaje ling:amp;uuml;:amp;iacute;stico a las nuevas necesidades, se vale de la sintaxis para resolver la antinomia entre globalidad de la experiencia y linealidad del discurso. Bajo estas premisas, se remansa Martinet en el estudio de la primera articulaci:amp;oacute;n, las unidades significativas m:amp;iacute;nimas (los monemas), es decir, paralelamente a las unidades distintivas (los fonemas), lo m:amp;aacute;s caracter:amp;iacute;stico y fundamental en la estructura de una lengua determinada. Al mismo tiempo, se ocupa tambi:amp;eacute;n de la cuesti:amp;oacute;n, capital, del predicado en la oraci:amp;oacute;n. Al hilo de la posici:amp;oacute;n, el autor se remonta siempre de lo conocido a lo desconocido: vali:amp;eacute;ndose de su amplio conocimiento del funcionamiento y din:amp;aacute;mica de la lenguas m:amp;aacute;s diversas, parte de estructuras ling:amp;uuml;:amp;iacute;sticas familiares para llevarnos a formas ling:amp;uuml;:amp;iacute;sticas poniendo ante nuestros ojos el distinto comportamiento de unas y otras. Una constante en las preocupaciones de Martinet es la terminolog:amp;iacute;a. Tan opuesto al desenfreno terminol:amp;oacute;gico, como cauto ante etiquetas comunes :amp;iexcl;qu:amp;eacute; profundas diferencias extra:amp;ntilde;an a veces!-, empela aqu:amp;iacute; las mismas formulaciones conceptuales, de modo m:amp;aacute;s expl:amp;iacute;cito, si cabe, ya conocidas por quien haya frecuentado su producci:amp;oacute;n anterior. Nada de t:amp;ea