ALFAGUARA - 9788420412160
La mejor novela de William Boyd: un proyecto literario de gran ambición y originalidad. Un prodigio de historia, ficción y fotografía que retrata el siglo XX a través de una mujer apasionante.
Nacida en la Inglaterra de principios del siglo XX, Amory Clay crece con la permanente ausencia de su padre, quien lucha en la Primera Guerra Mundial. Su tío Greville, un apasionado fotógrafo, le proporciona el vínculo emocional que necesita y le regala su primera cámara, sin saber que ese inocente presente determinará su futuro. Tras su abrupta salida del internado Amory se dirige a Londres, donde se convertirá en la aprendiza de Greville y trabajará fotografiando a la alta sociedad para la revista Beau Monde.
En busca de nuevas emociones se desplaza al loco Berlín de los años veinte, al apasionante Nueva York de los treinta, vive de primera mano las protestas de los camisas negras de Londres y la Segunda Guerra Mundial en París, convirtiéndose en una de las primeras fotógrafas bélicas. Su deseo de vivir al límite la lleva a nuevas contiendas, a los brazos de distintos amantes y a la maternidad. Hasta el final de sus días, Amory luchará por conseguir sus sueños y por combatir sus demonios.
William Boyd regresa con la mejor novela de su carrera. La apasionante historia del siglo XX contada a través de la cámara de una mujer inolvidable: Amory Clay. En un proyecto literario sin precedentes, Boyd ha recopilado durante años fotografías anónimas, que ahora conforman el poderoso retrato y legado artístico de una mujer que, de tan fascinante, se ha vuelto real.
«Dure lo que dure vuestra estancia en este pequeño planeta, tanto da lo que ocurra en ella, lo más importante es sentir -de vez en cuando- la suave caricia de la vida.»
La crítica ha dicho...«Un escritor que se las ha arreglado para fotomontar la literatura y lo popular con técnica envidiable y colores y contrastes y encuadres muy personales.»Rodrigo Fresán, Vanity Fair
«Boyd busca, de la forma más directa y clara posible, conectar con ese tipo de lector que añora ciertos tiempos en que los narradores se dedicaban a contar y visualizar, a divertir y entretener.»Enrique Vila-Matas, El País
«William Boyd es un narrador extraordinario: un autor sólido y versátil que sabe experimentar con las formas y los juegos literarios, capaz de hacer que lo difícil parezca fácil, y de crear personajes y situaciones inolvidables.»Luisa Bonilla, Letras Libres
«La mejor novela de Boyd desde Sin respiro. En el retrato íntimo de Amory es donde brilla especialmente. No es un mal epitafio, sino más bien un tributo al talento de Boyd, afirmar que extrañamos a Amory como a una amiga cuando nosotros, y ella, llegamos al final del libro.»Mary Hoffman, The Independent
«Suave caricia es el logro más asombroso de William Boyd hasta ahora.»Planet Arts Melbourne
«William Boyd tiene un gran don como narrador, sabe evocar como nadie tiempos pasados y lugares recónditos. La prosa de Boyd da tanto placer como el primer sorbo de una cerveza bien fría consumida en una terraza tropical después de un largo y difícil día.»Mail Online
Especificaciones del producto
Escrito por William Boyd
Nacido en Ghana en 1952, William Boyd pasó gran parte de su infancia en el oeste de África. Es autor de catorce novelas, entre las que destacan Un buen hombre en África, Como nieve al sol, Barras y estrellas, Las nuevas confesiones, Playa de Brazzaville, La tarde azul, Armadillo, Las aventuras de un hombre cualquiera, Sin respiro y Solo, protagonizada por James Bond (todas ellas publicadas por Alfaguara). También ha escrito libros de relatos, un ensayo, una biografía, y guiones para cine y televisión. Ha sido galardonado, entre otros, con los premios Whitbread First Novel; Somerset Maugham; John Llewellyn Rhys; James Tait Black Memorial; Jean Monnet; Costa Novel of the Year, y el Yorkshire Post Novel of the Year. Es miembro de la Real Sociedad de Literatura británica y Oficial de la Orden de las Artes y las Letras francesa. En 2005 fue nombrado Caballero del Imperio Británico. Hoy en día divide su tiempo entre el suroeste de Francia y el barrio londinense de Chelsea.
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1 opiniones de usuarios
la-vieja-piragua
23/05/2016
Tapa blanda
¿POR QUÉ PERDEMOS TANTO TIEMPO LEYENDO NOVELAS MEDIOCRES PUDIENDO DISFRUTAR DE MARAVILLAS COMO ÉSTA? Recorremos las primeras páginas de esta novela y enseguida nos damos cuenta de que estamos en manos de un maestro del oficio, de un narrador veterano que se adentra en la trama con precisión y firmeza, sin ninguna prisa, colocando las primeras piezas en el tablero de la historia sin dejar espacio para dudas o titubeos. Y es entonces, nada más empezar, cuando nos lamentamos por todo el tiempo que hemos perdido con novelas mediocres e imperfectas mientras que podríamos haber estado leyendo tan ricamente a autores como William Boyd, que nunca decepcionan, ni siquiera en sus novelas más flojas. Pero es que “Suave caricia” no es una de sus novelas flojas, todo lo contrario. Probablemente sea una de las mejores que ha escrito, muy cerca de la fascinante “Sin respiro”, y algo por encima de una de sus grandes novelas de la primera etapa, “Las nuevas confesiones”. Y menciono estos títulos porque tienen mucho en común con “Suave caricia”: las tres novelas cuentan la vida completa de su personaje, de principio a fin, al tiempo que recorren la historia europea más reciente, con especial detenimiento en los acontecimientos bélicos, sobre todo en la Segunda Guerra Mundial. A “Las nuevas confesiones” y “Suave caricia” las uniría además la profesión artística de sus protagonistas (el cine y la fotografía), mientras que una mujer de gran carácter es lo que tienen en común “Suave caricia” y “Sin respiro”, aunque esta última sea la única de las tres con forma de emocionante thriller. Si seguimos las peripecias de Amory Clay en “Suave caricia”, visitaremos con ella Berlín en los años 20, Nueva York en los 30, Londres antes de la guerra, Francia tras su liberación, Vietnam a finales de los 60 (durante la guerra), California en los 70, y a lo largo de toda la novela, la apacible campiña escocesa. Todos estos escenarios se entremezclan con la biografía de la fotógrafa de ficción Amory Clay hasta el punto de convertirse ellos mismos, si no en personajes, sí en elementos esenciales de la historia que se nos cuenta. Y ya que hablamos de personajes, sería un buen momento para destacar la enorme capacidad de William Boyd para construir personajes de verdad, tanto protagonistas como secundarios. Además, en este caso, Boyd ha incluido en su novela una buena cantidad de fotos “auténticas” que recogen algunas de las escenas descritas o retratan a los principales personajes. Teniendo en cuenta que son fotografías verdaderas las que ilustran un relato de ficción, nos damos cuenta del fascinante juego que se establece entre lo real y lo imaginario. Por último, me gustaría destacar el final de la novela, las últimas páginas. No las voy a destripar, por supuesto, pero sí puedo decir que he leído pocos finales de novela tan esperanzadores y positivos como éste, lo cual es de especial mérito cuando hablamos de una biografía.