Su autor, el segoviano de Lastras de Cuéllar Ignacio Sanz, que ya tiene publicada en Valnera otra obra, el conjunto de relatos recogidos bajo el título de ‘Voces remotas’, en esta ocasión publica una novela, ‘Últimos robinsones’, en la que sigue ahondando en la temática de la España vacía. Su protagonista es Samanta, una joven madrileña que, tras licenciarse en Turismo en Madrid, se instala en Bascuas, el pueblo de sus padres, cabecera de una comarca con una demografía en depresión donde trabaja como asistente de ancianos. Así es como entra en contacto con Gerardo, pastor jubilado, último habitante de Uras, un pueblo de la zona. Asombrada por la personalidad independiente de Gerardo, decide conocer de cerca, en compañía de Fabio, su novio, a cada uno de los últimos habitantes de los pueblos o aldeas que se extienden por los vastos territorios de una España agónica e invisible, abandonada a su suerte por los poderes públicos.
Los robinsones que dan título a la obra reflejan, por un lado, la vida heroica de unos personajes peculiares que han dado la espalda al mundo y, por otro, la depresión de vastísimos territorios afónicos y desmantelados.
Ignacio Sanz nació en Lastras de Cuéllar en 1953. Estudió Sociología en Madrid. Es ceramista, escritor y narrador oral. Vive en Segovia. Cuenta con una amplia obra publicada que supera el medio centenar de títulos y que abarca relatos, novelas, literatura infantil y juvenil, libros de viajes y etnografía. Ha obtenido diversos premios de relatos y en dos ocasiones ha ganado el premio de narrativa infantil «Ala delta».
Algunas de sus obras se han traducido a varios idiomas. Dirige el Festival de Narradores Orales de Segovia.