¿Por qué Inanna, la gran diosa primigenia de Súmer, decidió bajar a los Infiernos? ¿Qué hay detrás del desnudamiento de la Danza de los Siete Velos y por qué ese número? ¿Por qué el cambio de rol femenino por el masculino solia producirse en los bosques? ¿Por que es tan cautivadora la crudelisima Nefer de Sinuhe, el egipcio? ¿Que personaje real inspiro la Lola que interpreto Marlene?A eso, y mucho mas, quieren responder estas paginas, cruzadas de parte a parte por la transgresion, el reactivo del irresistible polo oscuro de lo Eterno Femenino. Rastros de mujeres absolutamente audaces o dueñas de una fertil oscuridad. Asi, el libro aborda el sugestivo microcosmos de lo androgino con sus componentes de liberacion y mezcla de opuestos, identificable ya en la Antiguedad, en una diosa a lo masculino como Atenea-Minerva; y por igual el dominio de las mujeres fatales y su irrenunciable insumision, presente en el arte, la literatura, el cine y otras manifestaciones, desde el turbulento siglo XIX que concibio el mito de Carmen y culmino el de Salome.Mitos de la transgresion femenina, como en el anterior Diosas, santas y malditas, llevan el protagonismo con su paso de reinas y su carrera de subversivas: Rosalind, vestida de hombre, enseñando a amar a un hombre; Salome, que dice no a todos y a la que solo le apetece lo imposible; Juana de Arco, que grita a su tropa: ¡que me siga quien me ame!, y atorrantes guerreros corren a morir por ella; Nefer, que te avisa que nunca, nunca la ames y no puedes dejar de hacerlo. Todas, reales e imaginadas, te esperan aqui.La mujer moderna, que va a proteger sus derechos hasta la extenuacion, que va a defender su espacio libre sin ceder un solo atomo, vuelve a mirarse en los lejanos espejos de diosas independientes. Heine, que lamentaba que las deidades paganas habitaran en el exilio debe estar sonriendo en alguna parte.
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