Cuando terminó la secundaria a May le hubiera gustado ir a la universidad y vivir en San Francisco, pero sus padres extrañaban su país y decidieron volver a Japón, su tierra natal. May se puso triste. No queria dejar el unico hogar que habia conocido.En Japon todos la llaman por su nombre japones, Masako, y tiene que ponerse kimonos y sentarse en el suelo. May cree que alli siempre se sentira una extranjera.Es un placer contemplar las magnificas ilustraciones de Allen Say, y el relato acerca de su madre es entrañable. Te con leche es un retrato vivo de la gentil formalidad de Japon, que refleja la confrontacion entre dos culturas cuando May intenta independizarse.