Anna Maria Cànopi

Los ángeles, vigilantes centinelas puestos por el Creador para proteger a toda la creación visible, no terminarán su misión hasta que toda la creación -humanidad y cosmos- haya salido de su esfuerzo de renovacion y se haya reunido totalmente en Cristo, co. Pia Sociedad de las Hijas de S. Madrid. 2014. Rustica. Nuevo. Nuevo. 1

Se ofrecen unas magníficas reflexiones sobre la Eucaristía, fundamentadas en distintos pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento, para que este sacramento avive nuestra sed y nuestra hambre del Dios

En estas páginas se ofrecen los testimonios de distintos personajes bíblicos (Abrahán, Jose, Moises, David, Isaías, María, Jesús, Ananías…) que respondieron con libertad a la llamada de Dios diciendo: “Aqui estoy”. Y esa respuesta, a pesar de las dificultades, les lleno de plenitud y alegria.

Este libro nace del deseo de comunicar la urgencia del amor como amistad, como comunión-comunidad. Porque el amor no es amarse a través de otro, sino corresponder al otro. Con frecuencia se presenta con muchos ropajes: de fiesta, brillantes, alegres, pobres, a veces incluso desgarrados. Pero, lo que siempre pide es donacion. Estos distintos vestidos son las diferentes situaciones de la existencia, los diferentes estados de animo que hay que reconocer como una llamada al amor puro, sin un porque. Por eso, entre sus paginas aparece la respuesta a la interrogacion sobre el amor y sobre la capacidad de amar. La curiosa colaboracion de la monja benedictina Anna Maria Canopi y de la psicoanalista Beatrice Balsamo dan como resultado unas reflexiones a veces poeticas, a veces filosoficas pero siempre profundas sobre el deseo de servir a los demas y conseguir una buena vida gracias al amor.

Las parábolas de la misericordia forman parte de las páginas más bellas y esperanzadoras del Evangelio; siempre vivas y siempre nuevas nos involucran en unas historias en las que nos descubrimos siendo los protagonistas, pensando que Jesús las ha dicho por nosotros; por que ¿quién no ha perdido alguna vez algo muy querido y se ha alegrado con su recuperación?; ¿quién no quiere, a veces, abandonar la vida cotidiana y derrochar los dones de una herencia gratuita?; ¿quién no ha menospreciado en alguna ocasión al amigo o ha dado algún rodeo para no ayudarlo? La lectura reposada de este libro nos dará fuerzas para tratar a todos, y a nosotros mismos, con un amor paciente que nos ayude a gustar la alegría de ser perdonados y perdonar.

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