Antoine de Saint-Exupéry, página 12 de 34

Viví así, solo, sin nadie con quien hablar verdaderamente, hasta que tuve una avería en el desierto del Sahara, hace seis años. Algo se había roto en mi motor. Y como no tenía conmigo ni mecánico ni pasajeros, me dispuse a realizar, solo, una reparación difícil. Era, para mí, cuestión de vida o muerte. Tenía agua apenas para ocho días. El valor de la amistad, el heroísmo como meta y la responsabilidad como motor de la conducta moral encuentran su plasmación definitiva en el mundo que descubre EL PRINCIPITO, añorado planeta del que todos los hombres han sido exiliados y al que sólo mediante la fabulación cabe regresar.

El principito es una meditación serena sobre la soledad del hombre y sobre la amistad; el único capaz de enriquecer la vida humana y restablecer las relaciones perdidas entre lo

Unha edición especial dun clásico da literatura para conmemorar os 30 anos da 1ª tradución ao galego feita por Carlos Casares.