Imposible, hermético, irrepresentable, misterioso, difícil han sido algunos de los adjetivos que tanto Federico García Lorca como algunos críticos han aplicado a cierta producción teatral suya, representativa de ese «teatro bajo la arena», esto es, de ese teatro no convencional ni superficial por él promovido. Todos ellos, con su diferente significación, apuntan en una misma dirección: la de calificar unas obras teatrales lorquianas, de azarosa vida textual, El público y Así que pasen cinco años, escritas en 1930 y 1931, respectivamente, que, plenas de experimentación, apuntan por insólitos caminos vanguardistas en simultaneidad creadora con otras soluciones estéticas teatrales de, a la postre renovado, corte tradicional, tal como expone Antonio Sánchez Trigueros en el primero de los estudios incluidos en este libro.
El verano de 2001 la Universidad Onternacional Menéndez Pelayo, en colaboración con la naciente Fundación Francisco Ayala, dedicó uno de sus Cursos de Santander del recién iniciado siglo al estudio de la obra y del mundo creativo de Francisco Ayala.El tema común elegido fue tomado de uno de sus libros, El tiempo y yo que, como es sabido, fue publicado por vez primera en 1978 junto con El jardín de las delicias. Como afirmaba Carolyn Richmond en el Prólogo de ambas obras "desde ángulos diferentes, una y otra están centradas en la personalidad de su autor como escritor y como hombre viviente. En este punto de su carrera y a su edad avanzada, se ha producido una síntesis de sus diversas actividades mediante la cual vida y obra aparecen, según este volumen muestra claramente, compenetradas en estrecha unidad".
Imposible, hermético, irrepresentable, misterioso, difícil han sido algunos de los adjetivos que tanto Federico García Lorca como algunos críticos han aplicado a cierta producción teatral suya, representativa de ese «teatro bajo la arena», esto es, de ese teatro no convencional ni superficial por él promovido. Todos ellos, con su diferente significación, apuntan en una misma dirección: la de calificar unas obras teatrales lorquianas, de azarosa vida textual, El público y Así que pasen cinco años, escritas en 1930 y 1931, respectivamente, que, plenas de experimentación, apuntan por insólitos caminos vanguardistas en simultaneidad creadora con otras soluciones estéticas teatrales de, a la postre renovado, corte tradicional, tal como expone Antonio Sánchez Trigueros en el primero de los estudios incluidos en este libro.
Reúno en este volumen un conjunto de textos breves, casi tantos como años llevo de profesor universitario, publicados entre 1999 y 2003 en el suplemento Artes y Letras del diario Ideal de Granada, en la sección que, en homenaje a Francisco Ayala, bauticé como El palco del hechizado. Bajo este personaje, con el que solía dialogar, se oculta un interlocutor que hace muchos años se me cruzó en el camino y con el que he mantenido una profunda e interesante amistad hasta su reciente desaparición, que espero no sea definitiva. Quizá lo más sorprendente de nuestra relación es que al cabo de los años, al decir de algunos, acabé por parecerme tanto a él que en privado el propio hechizado llegó a considerarme su doble. No creo que la identificación llegara tan lejos; de todos modos hubiera sido apasionante ser el doble de un fantasma, aunque fuera por poco tiempo. Así hubiera podido alcanzar, aunque efímeramente, el estado ideal de sujeto que conseguía a diario este personaje: Me afirmo y me borro. Pienso luego desaparezco.
Como complemento de la Junta Pública en que nuestra Academia de Buenas Letras de Granada conmemoró el I Centenario del Nacimiento de Don Antonio Gallego Morell, Académico de Honor de la Institución y Catedratico de Literatura Española de la Universidad de Granada, se decidio dedicar a este memorable acontecimiento un volumen de su coleccion Mirto, que definitivamente se ha hecho constar de dos conjuntos textuales.
El autor trata de acercarnos al origen, desarrollo y consolidación del concepto histórico de sujeto literario, así como una serie de ensayos sobre las aportaciones teóricas y crítico-literarias que
Prol. de El Hechizado. En principio este libro era una colección de prólogos, escritos entre 1981 y 2008, pero al final ha dado cabida a otros textos que pueden y deben considerarse prólogos sin libro detrás, o sea. algo así como prólogos suspendidos en el tiempo y en el espacio, que en algún momento esperan que algín lector los convierta en preámbulos a temas, autores, libros, problemas literarios, cuestiones escénicas, etc.
Antonio Sánchez Triguero, editor.El lector encontrará en este libro una rigurosa selección de propuestas que lo acercarán, desde sus orígenes hasta nuestros días, al conocimiento de ese espacio complejo llamado Sociología de la Literatura. La riqueza de la obra radica en su propuesta de ofrecer un panorama amplio de esta materia, mediante diversos puntos de vista, planteamientos originales y sugerentes aperturas de vías nuevas de investigación, en lugar de limitarse a una visión homogénea.
