Carla del Ponte empezó su carrera como abogada en Suiza y posteriormente ejerció de magistrada, fiscal y fiscal general de Suiza. A finales de la década de 1980, en colaboración con el juez Giovanni Falcone, destapó la conexión entre el tráfico de drogas en Italia y el blanqueo de dinero en Suiza, la llamada «pizza connection». En 1999 fue nombrada Fiscal Jefe del Tribunal Penal Internacional para Ruanda y del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia. Trabajó en el primero hasta 2003 y en el segundo hasta 2007. En la actualidad es embajadora de Suiza en Argentina.
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Ninguna mujer a lo largo de la historia ha perseguido a tantos criminales de guerra como Carla del Ponte. Su carrera como fiscal alcanzó eco internacional cuando actuó contra la mafia siciliana y el blanqueo de dinero negro en Suiza, y posteriormente como acusadora de los peores criminales de guerra de las ultimas decadas, en Ruanda, en Bosnia, en Croacia y en Kosovo. En estas apasionadas y documentadas memorias sobre sus años como Fiscal Jefe del Tribunal Penal Internacional para Ruanda y del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, la autora nos desvela las interioridades de su lucha contra la impunidad de los criminales de guerra responsables de genocidios, ejecuciones en masa, violaciones y deportaciones. Sin callar nada, sin eludir la polemica, con la valentia de quien ha descendido a los infiernos, Carla del Ponte explica su lucha contra la impunidad de los peores genocidas, incluidos Slovodan Milosevic, Radovan Karadzic y Ratko Mladic, acusados de la matanza de Sebrenica en 1995. El imprescindible testimonio de una mujer valiente. Una luchadora por la justicia y contra la impunidad de los genocidas.