Carles Sanchis Ibor

A finales de la edad media, la Albufera de Valencia era un simple estaño saldo que, rodeado de viñas, oliveras y carrascos dispersos, se extendía entre el cabo de Cullera y la desembocadura del Guadalaviar. Desde el siglo XVII hasta ahora, la expansión del regadío y las operacionesde drenaje invirtieron los parámetros hidrológicos y transformaron el paisaje de la marjal. La Albufera de agua dulce, de las huertas y los arrozales, convertida en imagen tópica por los textos de Blasco Ibáñez, es por tanto, en realidad, una construcción antrópica relativamente reciente. A partir del estudio de la documentación histórica y cartográfica, este libro reconstruye el proceso de cambio ambiental que se ha experimentado como resultado de siglos de trabajos hidráulicos. Desde los sistemas de gestión conservacionista del estaño medieval hasta los quiméricos proyectos ochocentistas de desecación total, se examinan de manera detallada las intervenciones humanas que han hecho de la Albufera de Valencia un producto de naturaleza y cultura.