Carmen Salamanca Gallego

Y, entonces, comprendí:bajo el tamiz del tiempo yacían,como cáscaras de un sueño maldito,los restos, inermes, de mi locura.

Al filo de una luz imposiblerescato el brillo del camino,tenue escarcha sobre tus ojos,y giro, en profunda rebelión,el rumbo de algún destino.No más dudas de cristal en mis manos,esquirlas de muerte en la caída,nunca más jirones de dolor sobre mi piel:quiero ser un poeta que cante al amor.

ALAS DE MUJERQuiero adivinar el ritmo exacto de tu miradavoraz susurro de vientos extranjeros.Deshago nudos a mi alrededor,infinitas minucias destinadas al silenciode horas degolladas al amanecer.Hecho ley por costumbre, el sacrificioahuyentará fantasmas, renacerá la paz.Partida en mil suspiros de pasión,recogeré uno a uno los pedazos de mi piel,seré otra y la misma cada vez:alas de mujer,palabra en movimiento.

Descongelé inocencias primeras,estupefactas ante el descaro de mi voz,fundida en los arrabales del destino.Avancé sobre los conseguidos.Un declive de años se sucedía entre cortinasy aquel café, perdido en el centro de la vida.Despues, averigue la verdad:la talla no es siempre estatura.