Christoph Schönborn

Pocas son las investigaciones sobre aquello donde principalmente se apoya el arte del icono: la doctrina cristiana de la encarnación de Dios. Dios ha tomado un rostro humano y dicho rostro es el lugar privilegiado de su revelacion. Sobre esta conviccion se funda el arte de los iconos, no solo en su tematica, sino tambien en su tecnica especifica e inconfundible, que solo pretende expresar este misterio. La fascinacion que todavia hoy despierta el arte de los iconos deriva seguramente de este hecho. El presente volumeno no es un libro mas sobre iconos. No al menos como estudio historico-artistico. El tema de la obra son los fundamentos sin los cuales ni existirian los iconos ni se podria entender el sentido de los mismos: los fundamentos teologicos, con mayor precision, los cristologicos.

Estamos ante un libro peculiar: cincuenta y dos capítulos en los que, de modo claro y asequible, el cardenal Schönborn, a la luz del Catecismo de la Iglesia católica, de cuya redacción fue secretario

¿Cómo debe cambiar la Iglesia para adaptarse al presente? El cardenal Schönborn, reciente candidato al papado, busca la respuesta en los orígenes del cristianismo: la escuela de vida de Jesús con sus

Si en "Fundamentos de nuestra fe" el cardenal Schönborn explicaba en breves pinceladas los contenidos esenciales de la fe cristiana recogidos en el Catecismo de la Iglesia Católica, de cuya redacción fue secretario, en esta ocasión y partiendo de la misma fuente nos enseña a amar y a comprender la liturgia cristiana.

La devoción a la Divina Misericordia, que ha impregnado el cristianismo desde sus orígenes, ha cobrado gran relieve en la Iglesia durante el pontificado de Juan Pablo II, que centró en este conmovedor misterio sus enseñanzas y actuaciones. El establecio como fiesta de la Divina Misericordia el domingo siguiente a Pascua, que precisamente fue la fecha en la que fallecio y en la que fue proclamado beato por el papa Benedicto XVI. El lector encontrara en esta obra muchas ideas acerca de la Misericordia que, sin duda, llenara su vida de confianza en Dios y le movera a ser mas misericordioso con los demas.