DIEGO DE ZUNIGA

La Física de Zúñiga, que forma parte de su Philosophiae prima pars, es una exposición de los escritos físicos de Aristóteles según el orden habitual en la escuela, y de acuerdo con un ideal didáctico de perfección dialéctica y elegancia retórica. La discusión de las cuestiones suele estar enriquecida y actualizada mediante la referencia a algún comentarista de Aristóteles u otra autoridad consagrada; así, por ejemplo, en la explicación del movimiento de caída se sirve de los teóricos del ímpetus; en la cuestión de los elementos, las mezclas y los temperamentos acude a los médicos Galeno y Fernel; en la exposición de los meteoros luminosos sigue a Vitelio; en la cuestión del lugar y estado de la tierra discute con Copérnico. Su independencia de criterio y su tendencia realista sobresalen en el desarrollo de todas las cuestiones.

El agustino Diego de Zúñiga (1536-ca. 1598) formado filosóficamente en Salamanca y Alcalá, se propuso un colosal proyecto de reforma general del saber, en línea con la reforma postridentina, y que comprendía, además de una reforma de la exégesis bíblica y del derecho, una exposición perfecta y elegante de las ciencias y artes conocidas, que permitiera aprenderlas todas en unidad, es decir una enciclopedia filosófica de la que formaba parte también la Teología revelada. De este proyecto enciclopédico, sólo conocemos la primera parte, Philosophiae prima pars, que comprende las cuatro primeras ciencias: Metaphysica, Dialectica, Retorica y Physica. Aquí se ofrece por primera vez la traducción de su Metaphysica (1597), concebida como la ciencia filosófica primera y fundamental, que enmarca y ordena todo el saber enciclopédico