Dimitri Verhulst

Con enorme sensibilidad, y a través de situaciones tan cómicas como brutales (concursos de borrachos, la adoración desmedida a Roy Orbison, carreras nudistas en bicicleta), Dimitri Verhulst narra, en primera persona y jugando con la autobiografia, un vivido retrato de los inadaptados y de nuestra capacidad para encajar la infancia en el presente.

It is announced that Jesus Christ is to visit Belgium in a few weeks time, on its national day, the 21st of July. Coincidentally, our narrator's mother dies and his marriage ends. Feeling very low, and fluctuating between resentment, irony and cynicism, he reports on the events and on the behaviour of his compatriots. The authorities squabble about how to receive Christ. They find an eleven-year-old girl in the asylum seekers' centre to act as Christ's Aramaic interpreter (Arabic, Aramaic, it's practically the same, right?). Neighbours resolve ancient feuds and communities gather together to confess and forgive en masse, no matter the depravity of the crime. As the date draws near, the whole city brightens up - there's never been a nicer time to have a Second Coming. This new novel by Dimitri Verhulst resembles a quirky pamphlet and a moral fable. The narrator considers himself part of the 'lost generation', which has no illusions about the state of the world - both in absurd Belgium and in the distressingly imperfect world beyond. He puts a finger on the symptomatic fever blisters of contemporary society, of the so-called 'malcontent mass'. With his bizarre imaginings, harsh criticisms and stylistic verve, he exposes an embarrassing reality, which often makes you laugh conspiratorially, and then cry.

La sobriedad y la moderación son conceptos ajenos a los hombres de la familia de Dimmy. Inútil en todos los demás, sus tres tíos tienen un talento poco común para beber, un don para la violencia, y un compromiso inquebrantable con el pub. Y su padre Pierre no se queda atrás tampoco. Pocas horas después del nacimiento de su hijo, Pierre le arranca de la sala de maternidad, la utilería él en su bicicleta, y se lo lleva en un tour de introducción de los bares del pueblo. Su madre pronto se le deja a él y como Dimmy crece en medio de la fetidez de cerveza rancia, que parece destinado a seguir el camino de sus antepasados ​​y hacer una carrera bajo la vida en la embriaguez, hasta que empiece a armar su propio plan para la futuro ... En esta novela semi-autobiográfica, Dimitri Verhulst trae su educación a la vida caótica, con la característica calidez, color e ingenio.

Bipul Masli, fotógrafo procedente de un país tercermundista, se encuentra recluido en un centro de acogida de refugiados en Bélgica. Con brillante mordacidad va relatando la vida cotidiana de este centro en el que personas de los países más conflictivos del mundo conviven forzosamente a la espera de un visado que nunca llega, que les abra las puertas de un mundo hipotéticamente mejor.

L'obra s’inspira en els anys d’infància i adolescència de l’autor, que després que la seva mare marxés de casa, va acabar vivint amb el seu pare i tres oncles a casa de la seva àvia en un poble on l’

Alcohólico y cocainómano, Dimitri Verhulst teme seguir los pasos de su padre, otro borracho terminal muerto de cáncer prematuramente. Esa espada de Damocles, esa predisposición a la adicción y al cáncer ese bulto en la garganta que es la senda de su progenitor, lo acompaña constantemente, por todas las habitaciones de hotel solitarias y ferias de libro de medio mundo, saltandose noches de sueño en aseos de bares por los que pasa coleccionando fracasos, esnifando y bebiendo hasta vaciarse. Cuando descubre que Hollywood es un barrio de chabolas para ricos, ya no queda nada mas que decir. Con un nihilismo que busca el cero absoluto, Verhulst persigue, escribiendo, el origen de sus pulsiones, algo que solo al final de este libro descubrira y que, quizas poniendolo por escrito, consiga exorcizar y asi salvarse.