No es puro azar que al tratar de definir la esencia del ser femenino se evoque el dolor, la pasión, la locura. Desde tiempos muy remotos los hombres, que son los que han hecho la historia de las mujeres, han representado el poder femenino bajo la forma de una deidad triple: la virgen, la madre y la bruja.
En esta obra no se habla de figuras arquetípicas, sino de mujeres reales, de su preocupación por el paso del tiempo, la llegada de la menopausia -el cese de la producción de estrógenos- y el fin de su funcion reproductora. Elena Arnedo reflexiona sobre los cambios que vive la mujer en la madurez y analiza con valentia los riesgos que pueden correr quienes, sometidas a las exigencias sociales, quieran alcanzar la eterna juventud.