Enrique García-Máiquez

Bernardo de Claraval honraba más al valioso que al linajudo. En el mito caballeresco por excelencia, el ciclo artúrico, la espada espera clavada en la piedra al que sea capaz de sacarla y alzarla en virtud de su virtud. Un chico de borrosos origenes que funge de escudero o de sirviente logra extraerla: se llamaba Arturo. Hay una espada para cada persona, lo mismo que cada cual tiene su propio corazon de piedra del que ha de desenvainarla. Saquemos de la piedra que somos la espada que seremos.

En principio, Verbigracia iba a ser la poesía completa hasta la fecha de Enrique García-Máiquez. En efecto, recoge sus seis libros de poesía, de Haz de luz (1997) a La inclinación de mi estrella (2022), incluyendo algun inedito y un cuaderno de haikus. Pero el autor, al releerlo y revisarlo, se quedo de una pieza. Aunque escrito a lo largo de mas de 25 años y pensando el que habia tenido una evolucion casi darwiniana, se percato de que se trataba de un inesperado libro unico. Los temas del amor cotidiano y de la muerte a la vuelta de la esquina aparecian y desaparecian en cada uno de los titulos, siempre con un enfoque de humor y esperanza, dando una danzante coherencia al conjunto. Aunque por encima, ni Eros ni Thanatos, se llama Verbigracia, porque las palabras vienen a salvarlo y, todavia mas, a gozarlo y a agradecerlo todo

El autor sostiene que, como decía Chesterton, "en el borde de un precipicio solo hay una manera de ir para adelante: dar un paso atrás". E invita al lector a detenerse ante noticias y sucesos, como un guia amigo ante un cuadro. A veces, para verlo bien, hay que detenerse, retroceder, y hablar. Un paso atras hace sonreir, y ayuda a pensar.

Enrique García-Máiquez (Murcia, pero el Puerto de Santa María, 1969), Ardua mediocritas, Casa propia y Con el tiempo. Ha traducido al poeta brasileño Mario Quintana y a Chesterton, y antologado a Luis Rosales, José Miguel Ibáñez Langlois y Pedro Sevilla.

El autor sostiene que, como decía Chesterton, "en el borde de un precipicio solo hay una manera de ir para adelante: dar un paso atrás". E invita al lector a detenerse ante noticias y sucesos, como un guia amigo ante un cuadro. A veces, para verlo bien, hay que detenerse, retroceder, y hablar. Un paso atras hace sonreir, y ayuda a pensar. Enrique Garcia-Maiquez (Murcia, pero Puerto de Santa Maria, 1969) ha publicado cuatro libros de poesia, el ultimo, Con el tiempo; y tres de prosa, el mas reciente, el dietario El pabilo vacilante. Ha traducido a Chesterton, a Mario Quintana y a Shakespeare, entre otros. Escribe habitualmente en prensa y revistas literarias.

Un hombre se propone la modesta tarea de dibujar su cara, quizá como una manera de eludir el choque frontal con los espejos. A lo largo de unos años va trazando concienzudamente, con pulso tembloroso y gesto concentrado, las lineas que lo configuran: sus impresiones, sus gustos, algunos versos sueltos, sus ideas y las que le sugieren los libros que lee y, sobre todo, anecdotas y, de vez en cuando, otras vivencias mas intimas, aquello que le ocurre y cree que entiende, aunque nada mas escribirlo comienza a sospechar que no. Poco antes de la publicacion de esas notas da unos pasos hacia atras para calibrar el parecido, y descubre que en ese minucioso autorretrato ha bosquejado una imagen del mundo; lo que, teniendo en cuenta el modelo, le alivia bastante.

"El burro flautista" es el título de esta antología periodística que ha sido publicada en una colección netamente literaria como es La Veleta, que dirige Andrés Trapiello para la granadina

Los aforismos de El vaso medio lleno son una invitación a que el lector colme hasta el borde lo que falta. Con un poco de suerte, habrá que descorchar más de una botella. Tendrá que tirar de discernimiento de sumiller para saber cuando se habla medio en broma o medio en serio o viceversa, hacer sitio en la tertulia a los autores aludidos o eludidos, y saltar del sarcasmo a la gregueria sin solucion de continuidad.