Nadie podía imaginar los azarosos viajes que iba a emprender un sencillo vaso de ágata para cruzar el Mediterráneo desde Jerusalén y llegar a Roma. Lo ansió el emperador cuando la copa ya no estaba en la capital de la cristiandad y tampoco pudieron encontrarlo los califas arabes, mas preocupados en conquistar territorios que en buscar tesoros entre las murallas de Jerusalen.Sin levantar sospechas, los obispos de Aragon lo escondieron en iglesias y ermitas de los Pirineos, hasta que los primeros reyes y unos pocos monjes tuvieron el privilegio de saber que en ese vaso estuvo la sangre ritual de Cristo. Templarios y cruzados lo buscaron muy lejos de donde estaba, hasta que el rey Alfonso el Magnanimo la trajo a una ciudad del Mediterraneo para vivir orgullosa huidas napoleonicas, caidas involuntarias, peripecias de nuestra Guerra Civil y persecuciones de los nazis.En este libro se novela todo el misterio de su historia en unas cronicas que tienen a Valencia como compañera mas fiel de la reliquia mas valiosa e intrigante del cristianismo.