En Diciembre de 1970, durante ocho días, mientras su madre agoniza, Georges Simenon permanece a su lado en el hospitalEn Diciembre de 1970, durante ocho días, mientras su madre agoniza, Georges Simenon permanece a su lado en el hospital. Poco mas de medio siglo le separa de la epoca en que ayudaba a misa en la capilla de ese mismo hospital.Durante esos ocho dias estos dos seres, que jamas pudieron amarse, tal vez porque jamas pudieron hablarse, intercambian pocas palabras pero se miran intensamente, con cierta perplejidad y desconfianza. De hecho, al ver entrar al hijo mayor en la habitacion, la madre le pregunta con frio asombro : ¿Por que has venido, hijo ?, deseando probablemente que hubiera sido el otro hijo, el mas joven, el amado, el que la acompañara en sus ultimos momentos. Pero es el hijo una y otra vez rechazado quien, a sus 67 años profundamente marcados por ese desamor y esa indiferencia, la asiste hasta el final, entregado a toda suerte de recuerdos y sentimientos contradictorios, desgarrado entre el resentimiento, un insoportable sentimiento de culpa y el deseo de ser reconocido.Coincidencia o no, motivo de estudio para psicoanalistas y estudiosos de su obra, el caso es que doce meses escasos depues de la muerte de su madre, Simenon, uno de los novelistas mas fecundos de nuestro siglo, deja de escribir novelas. No obstante, ¿podia imaginar, al asistir a la lenta muerte de su madre en una habitacion de hospital, que la intensidad de sus miradas y la elocuencia de su mutismo le inspirarian, tres años despues, uno de sus mejores libros, una autentica pequeña joya del arte epistolar, en especial en esa dificil vertiente que es la de las cartas a los padres ?Carta a mi madre esta considerada por la cr&
Ver más