H.P. LANDER

Detrás de la aparente realidad de una beatífica sociedad autosustentable basada en la estabilidad y sobreviviente a cataclismos geológicos y desastres genéticos se esconden varios niveles concéntricos de realidad en los cuales están involucrados los políticos de la isla, el cronista, una todopoderosa empresa mediática y detrás de ellos el gobierno de un poderoso país, una secta de inversionistas que constituye un estado dentro del estado y finalmente la mente del propio autor. Los habitantes de la isla se desenvuelven en un ambiente interconectado a través de los HyperT conectados a su espina dorsal, disfrutan de los avances espectaculares de la ingeniería genética pero nunca ven la luz del sol. La isla está permanentemente oculta bajo un manto de bruma ozonificada y viven bajo la amenaza de unos depredadores alados que reinan durante la noche. El manejo de la energía es estrictamente controlado y están controlados por la aplicación más ortodoxa del pensamiento políticamente correcto. El recorrido del tiempo no es lineal sino espiral, con un desfase aparente de cien años. La novela se desarrolla bajo la amenaza de la compresión de la espiral del tiempo con el peligro de entrar en un loop infinito espacio-temporal. Es difícil determinar cuál es el origen y cuál es el destino de los personajes dentro de esta espiral. La historia se centra en un personaje, Theoblade D'Normaux, sus protectores, amigos, amores y enemigos que lo acompañan en un continuo descubrir escalonado de realidades concéntricas. En la novela se mezclan ciencia-ficción, aventura, romance y una crítica velada a los excesos de la sociedad contemporánea en las áreas del pensamiento políticamente correcto, la ecología, la ingeniería genética, el poder de los medios, los reality show, los mitos energéticos y las sectas que se ocultan detrás de los factores reales de poder. La pregunta que le queda al lector es: ¿cuál es la realidad?