Jenny Diski

Jenny Diski?s attempt to keep still and mentally idle resulted in a year in which she travelled to New Zealand, spent two months almost alone in a cottage in the country and visited the S mi people of Lapland. Diski, fails to keep still and, like the philosopher Montaigne, keeps a record of her ramblings both mental and physical hoping as he did in time to make her mind ashamed of itself. Interspersed with ill-tempered descriptions of these trips are digressions on the subject of her sore foot; her childhood desire for ?a condition?, thoughts about growing older, spiders, fundamentalism and the problems of keeping warm.

Many books have been written on the Sixties: tributes to music and fashion, sex, drugs and revolution. In The Sixties , Jenny Diski breaks the mould, wryly dismantling the big ideas that dominated the era - liberation, permissiveness and self-invention - to consider what she and her generation were really up to. Was it rude to refuse to have sex with someone? Did they take drugs to get by, or to see the world differently? How responsible were they for the self-interest and greed of the Eighties? With characteristic wit and verve, Diski takes an incisive look at the radical beliefs to which her generation subscribed, little realising they were often old ideas dressed up in new forms, sometimes patterned by BIBA. She considers whether she and her peers were as serious as they thought about changing the world, if the radical Sixties were funded by the baby-boomers' parents, and if the big idea shaping the Sixties was that it really felt as if it meant something to be young.

Jenny DiskiMarie de Gournay was eighteen when she read, and was overwhelmed by, the essays of the French philosopher Montaigne. She had to be revived with hellebore. When she finally met Montaigne, she stabbed herself with a hairpin until the blood ran in order to show her devotion. He made her his adopted daughter for the two months they knew each other. He died four years later, after which, though scorned by intellectuals, she became his editor. Jenny Diski engages with this passionate and confused relationship between 'father and daughter', old writer/young acolyte, possible lovers, using both their voices. Much of their story is about absence of the people they love. In Jenny Diski's hands it becomes a fascinating tale.

'We were on a train, out of the way of our lives, any of us could tell anything we liked. We were, for the time being, just the story we told.'In spite of the fact that her idea of travel is to stay at home with the phone off the hook, Jenny Diski takes a trip around the perimeter of the USA by train.Somewhat reluctantly she meets all kinds of characters, all bursting with stories to tell, and finds herself brooding about the marvellously familiar landscape of America, half-known already through film and television. Like the pulse of the train over the rails, the theme of the dying pleasures of smoking thrums through the book, along with reflections on the condition of solitude and the nature of friendship and memories triggered by her past time in psychiatric hospitals.

Una obsesión por los baños, una esperanza de infidelidad o un suicidio en el metro son los puntos de partida de estos relatos de humor negro, llenos de sorpresas y subversiones

Más allá del recuerdo nostálgico, Diski afronta este texto como un ajuste de cuentas con los ideales y los comportamientos de la época. Para la autora, más que un periodo de revolución hacia un mundo mejor, los sesenta fueron el germen de la sociedad corrupta, individualista y desigual que emergió en los años ochenta: la contracultura fue, en el fondo, un movimiento errático que reforzó al poder establecido en vez de cuestionarlo. Con la máxima objetividad posible, y con un estilo preciso y esclarecedor, Diski consigue darle la vuelta a los sesenta como si fueran un calcetín, y logra aportar así una perspectiva tan provocadora como lúcida de un tiempo que, a diferencia de lo que nos han contado, no fue tan maravilloso como parece.

Una brillante exploración de lo que significa ser humano y lo que significa ser animal. Un sugerente análisis de nuestra relación con los animales.¿Qué sabe Jenny Diski de los animales? Como no estaba muy segura, empezo a escribir este libro: nuestra relacion y actitud hacia los animales merecen una reflexion. Y enLo que no se de los animalesdemuestra el porque. En su investigacion, Diski recuerda los animales de peluche de su infancia, los que aparecian en los libros infantiles que leia y en los dibujos animados que veia. Nos habla de los animales con los que ha convivido, de los que se ha encontrado y los que ha temido. Tambien reflexiona sobre el ser humano y como este ha observado, estudiado, tratado y escrito sobre sus compañeros de viaje en este planeta. Entrevista a cientificos, analiza a Derrida y a su mascota y observa elefantes en Kenia para encontrar la clave de la compleja relacion que establecemos con ellos.

Una tarde de principios de 1990 Charlotte Fitzroy sale desnuda al jardín de su casa londinense y se pone a arrancar las plantas. ¿Qué le hace perder así la compostura? En su día activa feminista y partidaria del socialismo, ha asistido perpleja a la caída del muro de Berlín y a la fractura del comunismo. El porvenir parece lleno de negros presagios, y a ello se añade la muerte de su hija en un accidente de tráfico. En las semanas siguientes, mientras una parte de Charlotte vive su depresión en la esfera real, otra escapa a un ámbito distinto: un peculiar país de las maravillas poblado de insólitos personajes como Jenny, una orangutana parlanchina con las ideas muy claras; los pesos pesados de la ideología del siglo XX, Darwin, Marx y Freud, y también el capitán FitzRoy, un posible y melancólico ancestro. Audaz, a la vez honda y divertida, El tío del mono propone una visita nada complaciente al interior de la locura: un lugar que en el mundo de hoy queda más próximo de lo que muchos creían.

Viajar con Jenny Diski resulta una experiencia, cuando emnos, insólita.

En su primera adolescencia, Jenny Diski pasó largas horas en la Circle Line del metro de Londres, recorriendo el perímetro interior de esta ciudad mientras se entregaba a la lectura y a la observación de los demás pasajeros. Años más tarde, optará por una manera parecida de desplazarse al viajar por los Estados Unidos en ferrocarril. Diski refleja sus impresiones partiendo de una premisa muy oco frecuente: éste es un libro donde no ocurrirá nada, el libro de una viajera que se confiesa poco amiga de los viajes y amante, sobre todo, de la tranquilidad...