JOAN BASSA

El cine comercial rebosa de imágenes candentes. Escenas que han sobrevivido al paso del tiempo por su carga erótica. De Julia Roberts a Charleze Theron, desde el guante de Rita Hayworth hasta el cruce de piernas de Sharon Stone. Una visión peculiar de momentos "inolvidables" de la historia del cine.Rita Hayworth se quitó un guante. Sharon Stone (des)cruzó las piernas. Victoria Abril tiró de un pañuelo. Greta Garbo se vistió de paje. Marlene Dietrich se enfundó en un smoking. En ocasiones basta y sobra con el nombre: de Laura Antonelli a Ursula Andress, de Ava Gardner a Marilyn Monroe, de Julia Roberts a Charlize Theron, de Emmanuelle Béart a Stefania Sandrelli, de Catherine Deneuve a Myriam Mezières, de Romy Schneider a Cameron Diaz... El cine comercial rebosa de imágenes candentes, de momentos que cortaron –y siguen cortando— la respiración. Los autores acompañan con rigor crítico y su peculiar «toque» cáustico la celebración de la carne de tantas y tantas películas, con directores de la talla de Erich von Stroheim, Josef von Sternberg, Cecil B. De Mille, Pier Paolo Pasolini, Billy Wilder, R. W. Fassbinder, Luis Buñuel, Marco Ferreri, Miklós Jancsó, Vicente Aranda, Bigas Luna, Woody Allen, Jean-Luc Godard, Alain Robbe-Grillet, entre otros muchos.A años luz del cine «eróticamente comprometido» todos ellos han ido impregnando el celuloide para, incluso, gracias al carácter impreso en sus historias, puestas en escena y/o interpretaciones, alcanzar la categoría de mitos. De las estrellas, también de las starlettes, de los ídolos y de otros iconos –más algunos que, sin serlo, tal vez lo merecieran— trata Cine, erotismo y espectáculo, un libro concebido como complemento enriquecido o redondeo vitaminado, como una precuela (nunca secuela) de su precedente El sexo en el cine y el cine de sexo, también publicado por Paidós. Un tema, curiosamente, donde abundan las notas puntuales pero escasea la bibliografía especializada más allá del álbum de fotografías más (o menos) glamou

La representación de la sexualidad no conoce fronteras. Tema sensible y en teoría íntimo, impregna con su presencia todas las cinematografías y todos los géneros. Incluso su ausencia realza su protagonismo. Pero si todo el cine contiene su dosis de sexo, un segmento de la produccion lo convierte en bandera. Con mayor o menor explicitud, segun los tiempos y las censuras, las politicas y los publicos, puede hablarse con propiedad de un cine de sexo mas o menos vitaminado, que recorre tanto los ambitos del cine comercial cuanto el territorio que se le consagra como santuario. Los autores, con un criterio objetivo y riguroso no exento de ironia, se pasean por tan peculiar genero cinematografico, por sus vergeles y sus paramos, sin pararse en barras en la tradicional separacion entre ocultacion y mostracion, entre sexo explicito y sexo sugerido, apostando por buscar (y hasta encontrar) buenas peliculas. Las otras diferencias les resultan indiferentes. De este modo, el lector vera desfilar desde Loie Fuller hasta Zara Whites, desde Duelo al sol hasta Tras la puerta verde, desde Russ Meyer hasta Koji Wakamatsu, desde Bernardo Bertolucci hasta Ignacio F. Iquino, desde Gerard Damiano hasta John Leslie. Prologo de Vicente Aranda.

Entre los diversos géneros y subgéneros cinematográficos, la ciencia ficción es uno de los menos estudiados y más desconocidos a pesar de la abundancia de películas que lo frecuentan. El presente volumen nace con la intencion de ofrecer una reflexion sobre esta materia. Paseando por sus glorias y sus miserias, por sus mitos y sus arquetipos mas reconocibles, desde Georges Melies a Paul Verhoeven, desde La novia de Frankenstein a 2001: una odisea del espacio, de Metropolis a La guerra de las galaxias, desde Frankenstein a Darth Vader, sin olvidar a Godzilla, Superman, Robby, Proteus, HAL 9000, Ripley, Rick Deckard y aliens de menudo con ironia, los autores efectuan un repaso de la produccion original e intransferible. Teniendo en cuenta que la ciencia ficcion es el espejo que ha reflejado sin tapujos las filias y fobias del siglo XX, no es desdeñable tampoco una lectura en clave antropologica de nuestra sociedad occidental.