Este NUEVO DICCIONARIO LUNFARDO de José Gobello amplía notablemente los anteriores trabajos de quien es considerado, con justicia, la mayor autoridad en la materia. Entre 1975, fecha de aparición de su Diccionario Lunfardo, y 1990, el lenguaje popular de Buenos Aires ha cambiado notoriamente. Gobello recoge en este volumen, los vocablos incorporados durante los ultimos años por los jovenes de hoy, que continuan y enriquecen las creaciones de quienes tambien eran jovenes hace poco mas de un siglo. Los repertorios lexicos marginales -el argot, la germania, el gergo, y el mismo lunfardo- han pasado por sucesivas etapas de renovacion, lo que no debe sorprender, porque el lenguaje es un fenomeno esencialmente dinamico. En lo que al lunfardo se refiere, esas etapas han sido registradas por Gobello, quien no solo recoge el lenguaje oral, sino tambien el que persiste, desde hace mas de cien años, en la rica literatura popular de Buenos Aires. Nuevo Diccionario Lunfardo es de suma utilidad para entender lo que se habla y tambien lo que se lee. La vasta nomina de autoridades convocadas por el autor es prenda de una labor metodica y tenaz, realizada con la disciplina que este linaje de emprendimientos requiere.
Lo hecho por el tango ha sido humanizar la cultura rockera, mediante sus arrebatos de amor-pasión -no confundir con amor-sexo- y con la melanco que arrastra desde hace no menos de 80 años. El tango se ha inculturizado en el rock desde el dia mismo en que Javier Martinez, Pajarito Zaguri y Moris trataron de hacer una musica mas de onda, un new-tango menos jerarquizado que el de Piazzolla pero igualmente autentico.La fidelidad de Piazzolla al bandoneon, que siempre me ha conmovido, era fidelidad al tango: la incorporacion del bandoneon a la estetica rockera es fidelidad a las raices musicales de la porteñidad -las del criollismo busquense en la vieja viola garufera y vibradora del oriental Correa-. No creemos que los vates rockeros se hubieran propuesto expresamente reflejar en sus versos la esencia del tango sino que mas bien mostraron su hilacha tanguera que les viene de fabrica. Oliveri, con su optica mas proxima, yo con mi miopia y mis manias comenzamos a mirar el rock como si fuera un camuflaje del tango. Y nos propusimos confiar al papel impreso el fruto de nuestras busquedas, de nuestras reflexiones y de nuestras conversaciones.Del prologo de Jose Gobello.
El Nuevo Diccionario Lunfardo aparecido en 1990 lleva ya catorce años de vigencia. No cabe duda de que en los últimos tres lustros el habla en Buenos Aires se modificó, ya fuere por la desaparición de algunos viejos vocablos, por la transformacion semantica de otros o por la incorporacion de muchisimos terminos nuevos. Esta comprobacion explica que, al cabo de una vastisima labor de investigador y de recopilador, Gobello -esta vez en valiosa colaboracion con Marcelo Hector Oliveri-, haya decidido recurrir a un antiguo titulo usado humoristicamente por Jose Antonio Saldias hace ya casi cien años, -Novisimo Diccionario Lunfardo- para reunir en un mismo volumen el material registrado en los anteriores mas el cuantioso caudal de innovaciones que lo ha mantenido vigente.No ha habido mucho para modificar en lo que ya hecho, pero si muchisimo para actualizarlo. Hay cierta tendencia a considerar el registro grafico del habla como si fuera el habla misma. No toda el habla de Buenos Aires esta en los libros; buena parte de ella bulle en las canciones populares y se florea en los labios jovenes. Excluir esas novedades por la sola razon de que no han pasado antes por la imprenta constituiria, mas que una injusticia, una torpeza. Oliveri ha dedicado, al acopio y a la cernidura de esas voces, sagacidad, tenacidad y un vigoroso entusiasmo juvenil. En colaboracion con Gobello ha tamizado la poesia, a veces sutil, de la cancion popular en algunos volumenes que fueron bien recibidos Tangueces y lunfardismos del rock argentino (2001), Diccionario de la crisis (2002) y Tangueces y lunfardismos de la cumbia villera (2003), todos ellos editados por Corregidor. Ese nuevo lunfardo, que Oliveri llama lunfardo del tercer milenio, representa una parte interesante del formidable acervo iniciado por Jose Gobello hace medio siglo. De alguna manera con esta obra Oliveri recibe la posta de Gobello.