José Manuel Benítez Ariza

«Para quienes vivimos en provincias, la cercanía/lejanía de la capital puede muy bien equipararse a la mínima distancia necesaria para que un escenario cotidiano adquiera la plasticidad imprescindible para convertirse en escenario de ficción. Los relatos que componen este Sexteto deben algo a la cualidad proteica del espacio madrileño y al carácter de quienes lo habitan… »Un narrador es siempre un ladrón de historias. A lo robado añade cosas que son suyas de pleno derecho, y pretende hacer pasar la mezcla por algo que ya no es de nadie y es de todos a la vez. Con lo que siempre sale perdiendo: como si se apropiara de una cartera con cien euros y le añadiera otros cincuenta antes de devolverla a su dueño; o como si robara un coche viejo, le cambiara la suspensión y los neumáticos, lo pintara, lo rematriculara y luego lo regalase a un taxista sin recursos, para que lo pasee por el mundo»

Fue el año en el que se contó toda la verdad sobre la llamada "tragedia de los Andes", aquel accidente aéreo cuyos supervivientes hubieron de devorar los cadáveres de las víctimas para no morir de hambre. Fue también el año en el que Franco recibió en el Pardo al boxeador José Legrá, y en el que Esperanza Roy todavía era vedette de revista, y los carteles con su fotografía de cuerpo entero nos encandilaban desde la fachada del cine Andalucía. Fue el año, en fin, en el que el niño protagonista de esta novela se rompió la mandíbula y le dijeron que le tendrían que aplicar la misma cirugía con la que le habían curado una lesión similar a Cassius Clay. Los niños jugaban con mádelmans y leían el Pumby. Y todos deseaban tener una bici plegable, como la que inicia la serie de acontecimientos que culminan en estas Vacaciones de invierno.

Recoge este libro artículos publicados en Diario de Cádiz entre diciembre de 2000 y marzo de 2004. Son textos que, aunque tienen algún anclaje en la actualidad, buscan siempre lo intemporal que subyace a lo pasajero, el sustrato de ironia que subvierte la seriedad impostada de los asuntos que ocupan las primeras planas de los periodicos, el arrebato poetico que a menudo se oculta tras la cotidianidad. Fue intencion de su autor distraer al lector de periodicos y suscitar en el una sonrisa complice. Y, ahora que se reunen por vez primera en libro, aspiran a reconstituir esa novela a trozos que es la realidad cuando se cuenta por entregas, en las paginas de un diario.

«Don Quijote, y por extensión Cervantes, son ya de la familia, quiero decir, que tienen poco que ver con la literatura. Los tratamos como a seres vivos que son, cercanos, conocidos, y de ahí que la e

José Manuel Benítez Ariza (Cádiz, 1963) alterna la escritura de su <> con la de la trilogía novelística de la que ya se han public

José Manuel Benítez Ariza (Cádiz, 1963) es autor de diversos libros de poemas, novelas y colecciones de relatos. Su primer libro sobre cine (la vida imaginaria) se publicó en 1999. La mayoría de los textos incluidos en Me enamore de Kim Novak y otras cronicas de cine parten de articulos publicados en Diario de Sevilla y Diario de Cadiz en los ultimos años.Cuanto mas indaga uno en esta veta de la litaratura, mas se sorprende de encontrar en numerosos autores una querencia definida hacia el territorio de lo vivido a traves de la pantalla, y no en esa intemperie a menudo hostil que llamamos realidad. El fenomeno merece una reflexion. Porque bien esta que lo hagan los que tienen el deber de informar de novedades, divulgar aspectos tecnicos o sancionar con una opinion positiva o negativa... Los que no, ¿a santo de que escriben (escribimos) sobre cine? O quiza haya que plantearlo de otra manera: ¿porque no escribir mas sobre cine, en vez de seguir esa deriva, aparentemente mas comun, que lleva a infinidad de literatos a cultivar generos tan ingratos como la critica de libros, el articulo de actualidad o el de opinion politica? Al fin y al cabo el cine, en la ya inabarcable complejidad que le da su siglo largo de historia, ofrece al curioso la posibilidad de asomarse, con impunidad, a todo un universo paralelo, a un sinfin de vidas que se ofrecen al observador sin inmiscuirse (eso creemos) en la de este.

Cuando se narran pensamientos se corre el riesgo de cometer un exceso de sinceridad.osé Manuel Benítez Ariza (Cádiz, 1963) es autor de los libros de poemas Las Amigas (1991) y Cuento de Invierno (1992).Ha traducido, para esta misma editorial, una seleccion de poemas de Rudyard Kipling.Jose Manuel Benitez Ariza (Cadiz, 1963) es autor de los libros de poemas Las Amigas (1991) y Cuento de Invierno (1992).Ha traducido, para esta mismaeditorial, una seleccion de poemas de Rudyard Kipling.Jose Manuel Benitez Ariza (Cadiz, 1963) es autor de los libros de poemas Las Amigas (1991) y Cuento de Invierno (1992).Ha traducido, para esta misma editorial, una seleccion de poemas de Rudyard Kipling.

Componer tu autorretrato como si cada trazo, en vez de fijar una línea, fuese el gesto de borrar una parte de tu contorno. El resultado: la invisibilidad. Soy un hombre desconcertado que aparenta sensatez, o un sensato que se asoma con indisimulada fas

LAS ISLAS PENSATIVAS es una historia de deseo transferido, de atracciones que buscan su concreción en personas o en objetos sustitutorios. Es la historia, también, de un hombre joven que confunde su propia iniciativa con los designios que le van marcando unos extraños. La búsqueda de un peculiar "tesoro" pondrá de manifiesto el alcance de este juego de sustituciones, que incluye la valía de cada uno de los personajes, sus lealtades, sus expectativas. Para alcanzar lo que desean, quizá, no tendrían más que alargar la mano... a modo de puente entre islas que se sueñan unas a otras, separadas por un mar infranqueable.

Este libro recoge una buena parte de las entradas que José Manuel Benítez Ariza ha dedicado en su diario en los últimos doce años a K -su gata-. Se dirá que este centenar de páginas son pocas para tanto tiempo. Si y no, segun se mire. Los gatos son elusivos y una de sus habilidades es la de estar sin estar. La casa es grande y espaciosa y la gata dormida solo ocupa un pequeño rincon en el lugar mas calido o fresco, segun la estacion. En el resto ocurren cosas que aparentemente nada tienen que ver con ella. Pero de algo podemos estar seguros: cualquier movimiento -de Jose Manuel, de M.A., de su hija C., de su perro, del gato del vecino, de las abejas que han anidado en el hueco de la persiana, de los libros que crujen es registrado por ella con un desdeñoso movimiento circular de la oreja, a modo de antena de radar. Casi todo lo anotado en estos diarios entra dentro del radio de barrido de esa antena.

"La realidad está ahí, y yo formo parte de ella, y a mí me parecen bastante misteriosas la realidad en sí y mi posición en esa realidad, de modo que voy a intentar explicaros las razones de ese doble misterio", parece decirnos Benítez Ariza. Y entonces fluye el verso, sereno y sin sobresaltos, aunque con encabalgamientos abruptos y expresiones anticlimáticas, con voz muy clara y precisa, y los misterios modestos de la conciencia se iluminan de pronto, aunque no para dejar de ser misterios, sino para ganar en extrañeza, ya que, al fin y al cabo, y por la ley inflexible de la paradoja, no hay nada más misterioso que el resultado del análisis de un misterio. (Del prólogo de Felipe Benítez Reyes)

Con su acostumbrada sobriedad expresiva y su tono cercano, la poesía de Benítez Ariza es la de la palabra susurrada en la emoción contenida, la de la confidencia en voz baja al lector. Santos Domíngu

EL CAÑAVERAL (I.) La orilla devastada después de la crecida / cierra el paso a los pocos que recorren / el camino del río a media tarde. / Miran al otro lado y el recuerdo del puente / da sentido a los juegos de la luz / -una ilusión de claro en la espesura- / que prefiguran el camino antiguo / entre las cañas de la orilla puesta. // Y, mientras te descalzas, / tus pensamientos son ya como el frío / del que camina con los pies mojados / sobre el suelo de astillas rotas, mientras / el rumor persistente de las cañas, / su aliento de agua detenida, advierten / de otro sino peor, de otra inconsciencia / igual a la del río que toma posesión / del cauce devastado.