El edificio de la Casa de los Condes de Sástago, aparte de sus visibles valores arquitectónicos, alberga elementos ornamentales, artesanales y pictóricos que conforman conjuntos significativos y coherentes, de importancia estimable aun sin ser obras maestras, con un empaque retorico caracteristico del momento en que recibieron su ultimo impulso: el transito entre los siglos XIX y XX. Uno de esos elementos son las vidrieras realizadas en 1909 para adornar la planta noble, ahora emplazadas en lugar equivalente tras la ultima reforma. El proposito de los mandantes fue sencillo y apropiado: en torno a las representaciones heraldicas de España y Aragon, situar el cortejo de las que simbolizaban las ciudades aragonesas que lo eran a fecha del encargo. Rastrear este, deducir su fecha, establecer criticamente los modelos concretos utilizados y dar al lector hipotesis serias sobre la autoria y otras circunstancias de interes erudito, ha sido el trabajo de Leonardo Blanco y Enriquta Clemente.