Marta Serrano Coll

El desuso de la historia propicia las versiones distorsionadas de nuestro presente. Sin embargo, no hay mejor pupitre para sentarse a aprender que el pasado. Es un espejo, a menudo, cruel, y otras veces, admirable, pero siempre sincero. Alli podemos poner a prueba nuestras certezas. Sin historia, la sociedad es un ovillo de soledades.La aventura de quinientos doce años comienza con un pequeño reino cobijado en los Pirineos [siglo XI] y termina disputando a los grandes imperios el Mediterraneo [siglo XVI]. Los reyes son el hilo conductor de la narracion entre otras razones, porque es de quienes queda la mayor parte de la memoria escrita; pero no debemos olvidar que un monarca es la consecuencia de sus subditos. Escudriñando sus reinados vamos a descubrir muchas cosas mas. Y eso pretende este libro: recuperar un pedazo de nuestra memoria.

Fernando II el Católico ha sido uno de los reyes que más peso ha tenido en nuestra historia, y a él dedicó la IFC la única monografía que existía hasta el momento sobre sus representaciones figurativas. Este volumen pone al dia el citado estudio, incorporando una completa recopilacion de la efigies medievales de Fernando II de Aragon que fueron elaboradas durante su reinado.

La presente publicación ofrece un completo corpus de obras y un pormenorizado discurso sobre la iconografía regia en la Corona de Aragón a lo largo de seis siglos, a partir de los cuales se propone localizar los precedentes y consecuentes de cada una de las tipologias figurativas, rastrear los impulsos que llevaron a la promocion de cada una de estas obras (fuese o no a instancias de la propia institucion monarquica) y apuntar las alteraciones mas significativas. Para ello se exponen asimismo los motivos que pudieron influir tanto en las comisiones como en las alteraciones de estas obras que evidencian, ya sea por parte de sus prootores o de sus destinatarios, una manifiesta utilizacion de la imagen del rey.

Estas líneas ofrecen un estudio, exhaustivo y hasta hoy nunca abordado, de las figuraciones que del rey Jaime I fueron generadas en el transcurrir de la Edad Media. El recorrido en imágenes, más de sesenta que abarcan una horquilla cronológica que supera los doscientos años, brinda una visión del soberano en sus distintas facetas: desde las ceremonias que hacen al rey hasta su inclusión en las genealogías, series dinásticas que, a veces con tintes melancólicos, tuvieron como fin último evidenciar la gloria de una saga. La iconografía del Conquistador, bajo la cual se ocultan de forma más o menos velada amplios programas ideológicos a instancias de organismos oficiales o de la propia monarquía, denota un claro juicio favorable hacia su figura que, poco después de su llorado óbito, se vio envuelta en un halo legendario. Encendido foralista, épico cruzado contra la morisma infiel, prototipo de héroe, punto de arranque de una gloriosa dinastía en Mallorca y Valencia…, son sólo una pequeña muestra de los pródigos significados que atesoran las efigies recopiladas y que ofrecen una visión extraordinaria, aunque no siempre ajustada a lo que fue la realidad, del rey Don Jaime.