Nerea Díaz Martos

Inmortal no es una palabra sencilla. Uno no puede ir por la vida diciendo que es inmortal. No. Y yo lo aprendí a la fuerza, y todo gracias a que mi padre se trasladó a Nueva York como jefe de policía. Por si eso no fuera poco, ya en el segundo dia habia conocido a seis misteriosos chicos. Todos ellos tenian algo especial que me atraia mucho. En los dos primeros dias, mi padre ya estaba totalmente envuelto en un misterioso caso relacionado con actos satanicos... O eso creiamos. Acabe averiguando las identidades de ellos, descubri que esos seis chicos eran especiales. Hice amistades, enemigos, y conoci el amor. En cierto modo, debia estar agradecida, habia descubierto un mundo nuevo, una nueva yo. Pero no, porque el, justo el. El tenia que ser INMORTAL...

Antes de empezar a criticar, debéis saber una cosa. No. Jamás quise hacer lo que hice. ¿Estar en un cuerpo que no es mío? ¿Tener la misión de sembrar el caos? No. También debéis saber que las habladurias sobre esta historia son falsas. Cazadores y otros Misticos corrieron el rumor de que hubo miles de muertes, de lo cruel que fui, de los horrores que hice, y lo peor es que no me atribuian a mi el merito. Presiento que pronto vendra una batalla, y quiero que alguien sepa lo que realmente paso, porque no se si sere capaz de contarselo a el Toda historia tiene un comienzo, y para que otras nazcan, algunas deben acabar. Es lo mismo que con la Hydra, si, esa criatura mitologica, a la cual, si la cortas una cabeza, al final, le crecen DOS. ¿Quieres conocer mi historia?