Pedro Ortega Campos

Para vivir lo más felizmente posible los años de la ancianidad. A muchas personas los años no las hacen más sabias o prudentes, sino simplemente más viejas. Al llegar a las "décadas prodigiosas" de

La curación con el pensamiento, forma parte del esmerado esfuerzo que desde la gratuidad y el anonimato preside y acompaña al Teléfono de la Esperanza.He aquí, pues, el maestro necesario para vivir en paz consigo y con los demás: un libro que le puede ahorrar la visita al psicólogo y... ¡hasta una estantería de libros! Manual para llevar en el bolsillo, o para dormir bien. Un libro para bien pensar, porque transmite conocimientos, tan comprensibles como imprescindibles, y que se dirige al corazón. Escrito día a día desde un alma inundada de ternura, desde la vida, desde la autoridad moral que se adquiere en el contacto respetuoso con la gente que sufre —a menudo sin saber por qué— y camina sin sentido de la esperanza y sin esperanza de un sentido.Se expone aquí un manifiesto de cultura de la vida, que el autor ha ido pespunteando durante sus nueve mil horas de escucha activa en casi veinte años de servicio. Pedro Ortega Campos sabe qué es detener el suicidio físico, o el suicidio moral del aburrimiento, del sin sentido. No es sólo un teórico que enseña desde la cátedra, sino un practicante que fondea en la vida. ¿Hay en estos relatos algo más que pensamientos, sentimientos, experiencias al rojo vivo y aprendizajes? Diría que no. Cualquier lector o cualquier paciente reconocerán que, una vez saboreadas estas páginas, su vida puede ser afortunadamente diferente.

Mientras los adultos encomendamos el futuro a los adolescentes, éstos se resisten a esperarlo; prefieren la inmediatez del presente: ¡aquí!, ¡ya!, ¡ahora!. El futuro les resulta incierto y, por otra parte, el pasado se les desmorona. Entran en juego la familia, el aula, el Departamento de Orientación, la Tutoría personalizada: ¿a cuál mejor?. Esta páginas se asoman inesperados requiebros de luces y sombras, de gritos y silencios, de alegrías y penas, de esperas y esperanzas. Nada perdido para siempre, todo abierto a la ventana infinita de una promesa: la adolescencia. A nosotros, adultos, el aviso interminable. "Es visión del pasado lo que nos empuja a la conquista del porvenir; con madera de recuerdos armamos las esperanzas. Sólo lo pasado es hermoso". A partir de un caso real, cuyo nombre hipotético es Sergio, se describe el mapa de ruta del problematismo de adolescentes y jóvenes, sus manifestaciones psicológicas y sociales. Para un seguimiento ágil del libro, so pone al final de cada capítulo un itinerario conceptual del mismo y una propuesta de ruta que favorezca la capacidad de dialogar y discernir en grupo: entre padres e hijos, alumnos y profesores, o entre los mismos adolescentes.

A muchas personas los años no las hacen más sabias o prudentes, sino simplemente más viejas. Al llegar a las "decadas prodigiosas" de la vida -pongamos de los 50 años en adelante-, la realidad es concreta y mas viva de lo que parece. ¿Que sabemos de la "tercera edad"?: ¿nada que hacer?, ¿nada que aprender?, ¿nada que ofrecer? ¡Nada mas lejos! Son decadas que hay que llenar de impulso para mejor combatir y retardar el envejecimiento. Estas paginas son una reflexion profunda y positiva de esta etapa de la vida, una mirada sosegada a la fatiga corporal, la tristeza del alma y el miedo a la muerte.

Cualquier día es «bueno» para que los medios de comunicación disparen noticias capaces de hacernos desesperar. Las alarmas reiteradas de guerra nuclear, la contaminación de la tierray de las estrella

¿No ves que esa sombra que protegía nuestro sueño de vivir —la sociedad, la cultura, la política, la religión— parecen haberse diluido dejándonos a la intemperie? ¿Quién cree en algo? ¿Quién cree en alguien? Pero no, la Política no mancha las manos sino que algunos políticos se manchan las manos. Nos quejamos: ¿qué va a pasar? Pero no nos atrevemos: ¿qué vamos a hacer? Necesitamos jóvenes que se adentren en la buena Política; que la busquen como servicio. Y sobre todo sin esquivar nuestro compromiso de ciudadanos, sí el de súbditos. Deseamos vivir con y para otros en instituciones justas.

Enseñar a pensar es enseñar a hacer y hacerse preguntas, principio y fin de la educación para una vida buena. Un libro que no facilite el pensamiento, que no sugiera preguntas al alumno o al profesor, esta de mas. ¿Como llevar a cabo una buena tutoria sin el manejo adecuado de la pregunta? A partir de las caracteristicas y claves de la filosofia y de su historia (capitulo I), esta obra se detiene en el valor filosofico de la pregunta, del dialogo y de la comunicacion que satisfacen la doble necesidad humana de relacionar el pensamiento con la realidad y el pensamiento con el sentimiento a traves de la pregunta (capitulos II y III), y los minimos supuestos y metodologia para una comunicacion provocada por la buena pregunta (capitulo IV). Al final de cada capitulo se ofrece un itinerario conceptual de sus contenidos, asi como propuestas didacticas para el aula.