Philippe Lacadée es psiquiatra, psicoanalista en Burdeos, psiquiatra vinculado al Centro de Día para Adolescentes de La Demi-Lune, en Villenave d’Ornon (CHS de Cadillac), Miembro de la Escuela de la Causa Freudiana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y vicepresidente del CIEN (Centro Interdisciplinar de Estudios sobre el Niño). Es autor de Le malentendu de l’enfant (Éditions Payot 2003).
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Sin aportar respuestas formateadas, este libro propone apoyarse en una implicación del psicoanalista, y junto al esclarecimiento de otras disciplinas, para no tratar la cuestión de los adolescentes desde fuera de la manera como cada uno cree encontrar una lengua. Cuando una sociedad esta en crisis, las maneras de ser de los adolescentes aparecen a menudo como lo mas avanzado de los cuestionamientos de esa sociedad. El adolescente puede convertirse en el lugar de referencia de una cuestion historica: la del encuentro factual entre pasado y futuro, entre herencia y devenir. Hannah Arendt lo habia ya señalado: en cada generacion, la manera que tiene la sociedad de valorar el elemento de novedad se revela en la acogida que reserva a la adolescencia. La clinica psicoanalitica con los adolescentes demuestra que el movimiento inherente al fenomeno de la adolescencia no es mas que sexual y pulsional. A su vez, interroga, a partir de la relacion con la lengua comun, como debe encontrar cada uno su lugar en un discurso que haga vinculo social.
Cuando una sociedad está en crisis, las maneras de ser de los adolescentes aparecen a menudo como lo más avanzado de los cuestionamientos de esa sociedad. El adolescente puede convertirse en el lugar de referencia de una cuestión histórica: la del encuentro factual entre pasado y futuro, entre herencia y devenir. Hannah Arendt lo había ya señalado: en cada generación, la manera que tiene la sociedad de tener en cuenta el elemento de novedad se revela en la acogida que reserva a la adolescencia. La clínica psicoanalítica con los adolescentes demuestra que el movimiento inherente al fenómeno de la adolescencia no es más que sexual y pulsional. A su vez, interroga, a partir de la relación con la lengua común, cómo debe encontrar cada uno su lugar en un discurso que haga vínculo social.