Rafael Alvira

La filosofía se ocupa del estudio de lo que todo el mundo da por sabido; pone el esfuerzo de reflexión para descubrir la profundidad oculta en lo anecdótico y aparentemente trivial. Por eso la vida cotidiana es un objeto propio del interes filosofico. En este libro se analizan algunas figuras de ese vivir, tales como El arte de invitar; Felicidad y sufrimiento; Habitar, trabajar y vivir, o Deporte y deportividad. Rafael Alvira Dominguez es catedratico de Filosofia de la Universidad de Navarra. Fue titular en la Complutense de Madrid y catedratico en La Laguna. Asimismo es profesor extraordinario de la Universidad de Mendoza (Argentina) y Montevideo (Uruguay) y ha sido profesor visitante y conferenciante en otros muchos centros universitarios de Estados Unidos, Europa y America Latina. Compagina la tarea docente con su labor como director del Instituto 'Empresa y Humanismo pertenece tambien a diversas sociedades en España, Francia, Suiza, Italia y Austria. Ha publicado hasta ahora once libros -cinco de ellos como editor- y cerca de doscientos articulos de su especialidad.

La democracia moderna ha tenido, desde sus inicios, en la idea de sociedad civil la piedra de toque para comprobar su autenticidad. La tesis moderna es que toda sociedad civil lleva consigo una forma politica democratica y que tambien al reves, la introduccion de la democracia ha de promover necesariamente el despliegue y perfeccionamiento de la sociedad civil. Por ello, cada vez que se deja sentir una cierta crisis de la democracia los teoricos y los politicos vuelven sus ojos y sus esfuerzos a profundizar y realizar mejor lo que tiene que ser su tabla de salvacion: la sociedad civil. Asi ha sucedido en los ultimos años, tras la desaparicion del socialismo sovietico y las dificultades del Estado de Bienestar occidental. Se encara este tema, tan amplio, variado y profundo, con las aportaciones de veintisiete estudiosos de diversos paises.

Se intenta poner de manifiesto algo de la enorme transcendencia de la familia pra la vida individual y para la sociedad.

Está muy extendida hoy la conciencia de déficit social no sólo de las humanidades, sino incluso del puro y simple humanismo básico. En estos albores del siglo XXI hay más cantidad de estudios humanísticos y de discursos sobre derechos humanos que nunca, pero el peso relativo de lo humano y humanistico en el conjunto de la sociedad ha descendido considerablemente.En este libro se han reunido algunas reflexiones sobre el humanismo y las humanidades, que pretenden dar testimonio de su valor para la persona y la sociedad, y fomentar el interes por ellas. Para que haya mas jovenes que decidan dedicarse a su cultivo es imprescindible que se forme un ambiente social impregnado de estilo humanistico. Darle la vuelta a la manera de ser de la sociedad actual no es tarea facil, pero no debe intimidar a los que poseen instrumentos tan poderosos como los del mundo de las humanidades.

La casa, la familia, es una construcción extraordinaria de la cultura, del espíritu, y una institución social de primer orden. En la casa encuentra y expresa el ser humano su interioridad, y, a su vez, la construccion de la familia. La familia es el lugar natural y socialmente imprescindible en el que se desarrolla la interioridad y se saca impulso para todas las tareas. Se intenta poner de manifiesto algo de la enorme trascendencia de la familia para la vida individual y para la sociedad.

Este libro es una mirada sintética y multidisciplinar a una de las cuestiones filosóficas más difíciles de abordar en sus aspectos sociales: el tiempo.La modernidad se inclina por el tiempo. El mundo moderno hace del reloj un instrumento imprescindible: ni la maquina ni la sociedad se pueden entender sin la simultaneidad que el artefacto genera. El reloj permite separarse del movimiento cosmico y operar artificialmente sobre todo cambio.Se ha dicho que el pensamiento clasico primaba el espacio sobre el tiempo. Pierdo mi tiempo y gano mi espacio, ha afirmado un celebre pensador aleman. El tiempo no se puede ganar mas que en forma de otra cosa.Pero el tiempo pasa y lo que se gana, cuando se tiene, no parece encerrar ya ningun valor. ¿Se puede decir que la modernidad ha logrado suprimir el espacio? La existencia humana es espacio-temporal, y no se la puede entender mas que desde una adecuada relacion de tales coordenadas.