El interesante período que en la pintura francesa abarca desde la época de David hasta la de Ingres y Delacroix ha sido tratada fundamentalmente por la crítica especializada reduciendo su enfoque al estudio de dos tendencias principales: clasicismo y romanticismo, terminos que tienden a confundir mas que a esclarecer la situacion de la epoca. En De David a Delacroix, el historiador de arte Walter Friedlaender (1873-1966) -profesor de la Universidad de Friburgo y, mas tarde, del Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York- se propone clarificar la evolucion de la pintura francesa desde la Revolucion y a lo largo del periodo napoleonico, partiendo del estudio de los origenes historicos de las distintas corrientes estilisticas e intelectuales, que se encuentran no solo en las manifestacionmes artisticas del siglo anterior sino tambien en el arte de los siglos XVI y XVII. Dos tendencias claras se derivan de la obra de Poussin y de Rubens; el autor sigue el proceso de maduracion de una y otra, prestando su consumacion en la obra de dos grandes maestros: en el clasicismo refinado y abstracto de Ingres y en el barroco de Delacroix caracterizado por sus temas exoticos y su brillante colorido.