Tres figuras dominan el horizonte de la Patrística: San Agustín, Orígenes y San Ireneo. La producción del último, inmensamente inferior en cantidad a la de los dos primeros, parecía señalarle como el mas indicado para ediciones, versiones y estudios de toda indole. No es asi. Abundan articulos sobre puntos concretos, pero escasean estudios globales que se ex-tiendan con uniformidad sobre su dogmatica. Es un autor dificil. Perdiose el texto original. Afortunadamente, sus antiguas versiones ofrecen garantias suficientes. Su magna obra el llamado Adversus haereses-- arranca del estudio personal de los sectarios por Ireneo. De aparente sesgo polemico, el Adversus haereses es tal vez la obra doctrinalmente mas densa de la Antigue-dad cristiana. Al socaire de anotaciones al parecer polemicas, desarrolla multitud de temas dogmaticos, de inusitada hondura y coherencia. La dificultad reside en precisar las ideologias contrastantes. La documentacion gnostica hasta hoy conocida, aunque fragmentaria, era de un tecnicismo perfecto; mas, por su extraño lenguaje mi-tico, no invitaba al estudio con garantias de exito. De ahi el problema del metodo. Analisis antes que sintesis. Atencion singular a lo teologico (cristiano), sin distraerse al sincretismo. Y primero, entre los gnosticos preireneanos que se hubiesen pronunciado sobre los articulos de la fe, o sobre calificadas pericopas de Escritura, hasta apuntar siquiera una estructura sistematica elemental. Luego vendria el analisis del propio Ireneo. Estudios sobre los gnosticos los habia buenos; con base literaria indirecta, no muy copiosa, tecnicamente valida, pero orientados hacia el comparatismo. Trabajos sobre San Ireneo tampoco faltaban; pero autonomos, no abiertos a las ideologias heterodoxas. La biblioteca gnostica de Nag Hammadi ha ampliado ultimamente las bases literarias, con aportaciones positivas en el campo dogmatico y de exegesis escrituraria. Lo que permite definir mejor las tesis combatidas por el Santo. El P. Orbe ha consagrado años al estudio de la gnosis. Basta mencionar, aparte los cinco volumenes de sus Estudios valentinianos, los dos de Cristologia gnostica publicados por la BAC (1976). Era hora de abordar la teologia de Ireneo a la luz de las contemporaneas (eclesiastica y heterodoxa) del siglo II. La obra consta de tres volumenes, con arreglo a las partes en que se di-vide el Quinto y ultimo Libro. Por via de analisis, quieren restituir la Dogmatica del siglo H. No son de lectura facil. Pero introducen por caminos seguros, personales, al mundo de la primera teologia.
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