El logógrafo Iseo, discípulo de Isócrates y Lisias y maestro de Demóstenes, es uno de los diez grandes oradores áticos que catalogaron los alejandrinos.Iseo de Atenas (h. 415-h. 344 a.C.) es uno de los diez oradores aticos incluidos en el "Canon de los Diez o Alejandrino" (junto con Antifonte, Andocides, Lisias, Isocrates, Esquines, Licurgo, Demostenes, Hiperides y Dinarco). Como logografo se encargaba de escribir discursos para que las partes de litigios los pronunciaran frente a tribunales (en Grecia, a diferencia de la practica romana, eran las partes quienes hablaban frente a los jueces, no un representante legal). En la Antiguedad se le considero discipulo de Isocrates y maestro de Demostenes. De la sesentena de discursos que se le atribuyeron, y de los cincuenta que se consideran autenticos, nos han llegado once y algunos fragmentos. Iseo se limito a los parlamentos judiciales: los que conservamos corresponden a causas de herencia, y uno a un litigio por perdida de ciudadania.El estilo de Iseo es muy proximo al de Lisias, al que se asemeja en rasgos como la pureza, la precision, la claridad, la propiedad y la concision, un estilo ajeno a la elocuencia pomposa y de aparato, si bien se aparta de la naturalidad y el encanto de Lisias y adopta un tono mas tecnico y elaborado. En cuanto al contenido, siempre se ha destacado su ordenacion y ejecucion de las ideas, las exposiciones preliminares y el uso de figuras dramaticas. Gran conocedor de los recursos de la oratoria judicial, Iseo es un innovador y aporta a los discursos forenses algunas caracteristicas que su discipulo Demostenes llevara a la perfeccion, sobre todo la consideracion de la efectividad como fin y criterio supremos, a la que todo se subordina: la consistencia de las demostraciones, la sutileza de la dialectica, la habilidad en el tratamiento de las cuestiones legales, la exposicion vehemente (usando incluso la invectiva) y detallada de hechos y pruebas. Iseo pone todo el enfasis en las demostraciones para convencer a unos miembros del jurado que a menudo no son versados en leyes. A diferencia de Lisias, no presta gran atencion a la etopeya o presentacion de caracter, e incurre a menudo en maniqueismos entre buenos y malos. Sus contemporaneos le reprocharon que pusiera su arte e ingenio al servicio de algunas de las peores causas.
Ver más