En este recorrido de diez semanas en ferrocarril a lo largo de América Latina, desde el sur de Chile hasta México (a la manera latina -de sur a norte-). Un viaje donde los kilómetros no cuentan sino el largo y ancho trecho andado en el viaje que uno lleva dentro. La hermosura, la inmensidad, la soledad y el silencio de América queda perfectamente retratado en la voz de Maruja Torres , periodista muy vinculada profesionalmente a este continente, para la que el viaje nunca tuvo principio ni fin. Esta declaración de amor a América partió de un viaje que llevó a la autora en tren, de sur a norte, por América Latina. Ésta es la historia de un viaje interior y de un viaje exterior: Pronto comprendí que me había subido a mi propia utopía, a veces tan maltrecha como el ferrocarril que me llevaba a través de paisajes que ya me tienen dentro. Maruja Torres es una conocida periodista, pero también es novelista y autora de crónica que le han labrado un lugar muy especial entre los escritores actuales.
Ficha técnica
Editorial: Debolsillo (Punto de Lectura)
ISBN: 9788466301664
Idioma: Castellano
Número de páginas: 320
Tiempo de lectura:
7h 36m
Encuadernación: Tapa blanda
Año de edición: 2001
Plaza de edición: Madrid
Colección:
Ensayo
Ensayo
Alto: 18.0 cm
Ancho: 11.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Maruja Torres
Maruja Torres nació en 1943 y, desde entonces, intentó seguir viva, escribir mucho mucho mucho —y de todo— haciendo periodismo (ganó algún que otro premio) y publicar unos cuantos libros, entre novela y autoficción (también obtuvo el Planeta y el Nadal). Llegó hasta donde pudo haciendo lo que mejor sabía: fijarse mucho. Si queréis saber más, investigad, que así se aprende. Lo que más le costó es encontrarle sentido a todo esto. No lo consiguió, pero por el camino se divirtió bastante y comprendió que hay que reírse hasta el final. Es una tuitera muy activa, entre otras adicciones bien llevadas. Le gusta la conversación, y este libro último, no se sabe si póstumo, consiste en eso: hablar con todos y de todo. Todas, todos y todes, faltaría más. El Barrio Chino, hoy Raval, en donde creció, la hizo muy inclusiva.