Dos años escasos después de la muerte de W. G. Sebald aparece un libro editado por Sven Meyer que recoge obras de su legado y recuerda de nuevo aquella voz inconfundible. El meollo del texto, «Pequeña excursión a Ajaccio», «Campo Santo», «Los Alpes en el mar» y «La cour de l’ancienne école», son cuatro fragmentos de la gran obra en prosa inacabada en la que Sebald había trabajado largo tiempo: una búsqueda de rastros en Córcega que se inicia en el cementerio de la ciudad. La segunda parte es una recopilación de ensayos sobre literatura, nunca publicados antes en forma de libro, que documentan las preferencias de Sebald, desde Kafka hasta Nabokov. Campo Santo resulta, pues, una emocionante despedida de uno de los grandes escritores de nuestro tiempo. «¿Aún existe la gran literatura? ¿Qué sería, a la vista de la decadencia imparable del espíritu literario y del dominio de la trivialidad, de la superficialidad y la crueldad desprovistas de sentido que se han convertido en el eje de la narrativa actual, una empresa literaria respetable? De las pocas respuestas posibles, una es la obra de W. G. Sebald» (Susan Sontag).
Ficha técnica
Traductor: Miguel Sáenz
Editorial: Editorial Anagrama S.A.U.
ISBN: 9788433974563
Idioma: Castellano
Número de páginas: 254
Tiempo de lectura:
6h 1m
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 01/10/2007
Año de edición: 2007
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
Panorama de narrativas
Panorama de narrativas
Número: 675
Especificaciones del producto
Escrito por W.G. Sebald
(1944-2001) Su nombre completo era Winfried Georg Sebald. Con 26 años llegó a Norwich (Inglaterra) para dar clases en la Universidad de East Anglia y dónde, desde 1987, ocupó la cátedra de literatura europea. Fue fundador del prestigioso British Centre for Literary Translation, del que fue director hasta 1994. Escritor tardío, su primera novela Vértigo (1990), la escribió cuando contaba 46 años, fijó las formas y los territorios de una narrativa que en sólo diez años y otros tres libros, Los emigrados (1996), Los anillos de Saturno (2000) y Austerlitz (2002), le convirtieron en autor de culto.