Al desaparecer en la Nueva España las circunstancias políticas, económicas y militares que durante el siglo XVI habían determinado la forma de las ciudades y los edificios, así como la manera de vivirlos, comenzó un proceso de transformación en la urbe, la arquitectura y las mentalidades que paulatinamente daría paso a una nueva forma de habitar e imaginar el mundo: la época barroca. La arquitectura no fue ajena a esa actividad renovadora y en muchas ciudades desaparecieron los severos edificios de la centuria anterior, para dar lugar a formas arquitectónicas de gran vitalidad y movimiento que serían la esencia del barroco novohispano.
Ficha técnica
Editorial: Instituto Nacional de Antropologia e Historia (Inah)